Una de los grandes retos a los que nos estamos enfrentando tiene que ver con la irreversible inversión de la pirámide poblacional que nos ha llevado a vivir más que nunca antes en la historia y las consecuencias que trae consigo. Resulta innegable también, la aparición de las enfermedades que llevan al individuo hacia una vejez con discapacidades de distintos órdenes, haciendo que la carga de enfermedad incida en el pleno desarrollo de la persona y de la sociedad en su conjunto.
No obstante, de acuerdo a un estudio recién publicado por la revista Lancet1, existe una enorme variación entre la manera en que se envejece en diferentes lugares del mundo. Para este estudio colaboraron más de 3,600 investigadores, de 146 países, lo cual, sin duda lo coloca como uno de los estudios más relevantes en su área, en la historia.
En este estudio, los investigadores tomaron en cuenta la Carga mundial de enfermedad (GBD, por sus siglas en inglés) y agregaron el indicador AVAD (DALY, en inglés), utilizado desde hace algunos años para evaluar la repercusión que distintas enfermedades tienen sobre la carga mundial de morbilidad; el AVAD representa los años de vida ajustados en función de la discapacidad y permite cuantificar el tiempo perdido de vida saludable, ya sea por muerte prematura o por los días vividos con una salud deteriorada.
Tomaron como referencia la población de 65 años, de 195 países y analizaron la relación con respecto a 92 enfermedades, desde el año 1990 hasta el 2017.
El estudio arrojó datos por demás interesantes, como lo es el hecho de que existe una brecha de 30 años en que distintas poblaciones presentan los problemas de salud esperados en una persona de 65 años. En Papua Nueva Guinea, a los 46 años, mientras que en Japón se manifiestan a los 76 años. Los mejores resultados los obtuvieron, además de Japón: Suiza, Singapur,
Corea del Sur e Italia. Los resultados más pobres, además de Papua Nueva Guinea los tienen: las Islas Marshal, Afganistán, Vanuatu y las Islas Solomón.
Otro dato que me parece muy relevante es que las enfermedades que ocasionaron el mayor número de muertes y discapacidad fueron las enfermedades isquémicas del corazón, los derrames cerebrales y la obstrucción pulmonar crónica.
El objetivo del estudio es poder pensar más allá de la edad cronológica, considerando el estado de salud y el grado de discapacidad de las poblaciones adultas, aprender de aquello países que tienen menor carga de enfermedad y/o han logrado retrasar la aparición de las discapacidades en el proceso de envejecimiento y, poder así desarrollar políticas públicas eficientes y destinar los recursos necesarios para implementarlas. Tal como lo plantea La Estrategia Global sobre el envejecimiento y salud de la Organización Mundial de la Salud, se trata de lograr que todo individuo, donde quiera que se encuentre, pueda tener una larga y saludable vida. Por demás está subrayar que la calidad de vida debe estar acompañando a cualquier política de salud pública.
2Measuring population ageing: an analysis of the Global Burden of Disease Study 2017,Angela Y Chang, ScD;Prof Vegard F Skirbekk, PhD;Stefanos Tyrovolas, PhD;Nicholas J Kassebaum, MD;Joseph L Dieleman, PhD
March, 2019, Lancet Public Health, DOI:https://doi.org/10.1016/S2468-2667(19)30019-2
[1] Measuring population ageing: an analysis of the Global Burden of Disease Study 2017,Angela Y Chang, ScD;Prof Vegard F Skirbekk, PhD;Stefanos Tyrovolas, PhD;Nicholas J Kassebaum, MD;Joseph L Dieleman, PhD
[2] March, 2019, Lancet Public Health, DOI:https://doi.org/10.1016/S2468-2667(19)30019-2
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