Salir de paseo o diversión con la familia implica que tarde o temprano alguien van a pedir ir al baño. Es en ese momento muchos se vuelven a plantear una vieja pregunta: ¿Qué tan limpios están los espacios compartidos?
La pregunta ha generado mucha discusión desde el año 2018 debido a un estudio realizado por científicos de tres países europeos: Reino Unido, Francia e Italia.
El equipo trinacional de investigadores de la Universidad de Leeds, Reino Unido; del Hospital Saint-Antoine de París, Francia, y de la Universidad de Udine, Italia encontró que los secadores de manos con aire pueden llegar a dispersar altas cantidades de bacterias sobre las manos que están secando y también sobre el espacio que rodea al instrumento de aire.
Esto no se debe a que los secadores de aire sean origen o fuente de las bacterias, sino al hecho de que muchas personas sólo se remojan las manos y no se han retirado adecuadamente las bacterias en el lavabo antes de exponer sus dedos, palmas y dorsos a la corriente de aire. De esa manera, los chorros de aire dispersan las bacterias que, en realidad, no se habían quitado con jabón y agua.
Muestras de estudio
La investigación sobre formas de secado de manos se realizó en los hospitales de tres ciudades: Leeds, Paría y Udine, durante un período de 12 semanas. Los resultados se publicaron en la revista Journal of Hospital Infection.
En cada lugar estudiado se usaron como muestra dos baños para uso de pacientes, personal hospitalario y visitantes; a cada uno de los cuales pusieron secador de aire y suficientes toallas de papel.
Para tener datos sobre la presencia de bacterias, durante cuatro semanas los científicos colectaron muestras del aire y de las superficies de muebles cercanos a los lavabos y secadores. Después, para contrastar más los datos, se hicieron cambios en los que cada baño ofrecía sólo una de las dos formas de secado, o inyectores de aire o toallas de papel, y se volvieron a tomar muestras.
La conclusión del estudio fue que las muestras colectadas contenían mayor concentración de bacterias en aire y superficie de los baños cuando sólo había secadores de aire de chorro. En Udine, el secador tenía 100 veces más bacterias, en París 33 veces y en Leeds 22.
Con esos datos, los investigadores afirmaron que es importante reconocer que “las toallas de papel absorben el agua y microbios restantes en las manos y, si se desechan correctamente, hay menos potencial de contaminación”
Contexto mexicano
En el caso de las familias mexicanas, también existen muchas dudas cuando se trata de la limpieza y salubridad que se puede encontrar en un sanitario público. En general hay desconfianza, fundamentada en la experiencia.
En la Ciudad de México, se reportan cada año más de 220 mil casos de enfermedades graves del aparato digestivo, siendo las infecciones intestinales las más prevalentes, las cuales pudieron ser evitadas con una correcta higiene de manos.
Una fuente de datos sobre las preocupaciones de las familias mexicanas es la “Encuesta Global de Higiene y Salud” elaborada por la compañía sueca de higiene Essity. Ahí se detectó que solamente el 20 % de los usuarios de sanitarios públicos en México se sienten seguros frente a la salud e higiene en los baños públicos.
El estudio referido indica que el 68% de las personas prefieren el uso de toallas de mano desechables en lugar de secadores de aire, esta preferencia cobra sentido entendiendo que el secarse las manos con una toalla de papel puede reducir las bacterias en las manos hasta en un 77%.
En síntesis, es indispensable que las personas que usan baños públicos se laven bien las manos antes de exponerlas a un secador de aire, por que manos sucias y sólo remojadas sólo sirven como una fuente para dispersar y regar microbios.
Como no se puede controlar detalladamente la conducta de cada persona que entra a lavarse las manos, es importante que los locales con esta infraestructura tengan limpieza cíclica y ventilación para evitar la potencial acumulación de bacterias en el aire y superficies.
La alternativa de usar toallas de papel también es recomendada, recordando que debe ser complementada con un sitio para tirar las toallas desechadas. No es verdad que los secadores contengan bacterias o que sean el origen de bacterias, sólo dispersan las que no fueron bien lavadas. Lo que sí pude recomendase a los miembros de una familia es que, cuando acudan a un baño público terminen por completo el proceso de lavado de sus manos y usen toallas de papel desechables si las hay o brevemente el secador de aire.
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