Una visión humana

Mejoremos nuestra casa: Mejor planeta, mayor salud

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Escrito por Leonardo Bastida

Una crisis climática, es una crisis de salud

La realidad es inevitable, y desafortunadamente, en algunos casos, irreversible, las actividades humanas han provocado una serie de modificaciones a nuestro planeta que afectan y ponen en riesgo a las personas al exponerse a situaciones a las que no habían ocurrido anteriormente, ya sea por cuestiones de catástrofes naturales o por emergencias sanitarias.

Pero, dejando de lado una visión antropocéntrica, con el ritmo actual de aumento de la temperatura planetaria, se pueden perder alrededor de 14 por ciento de las especies actualmente vivas, pero si incrementa en cuatro grados centígrados, podrían desaparecer hasta 39 por ciento de las mismas. Para evitar dicha catástrofe, se requiere conservar entre el 30 y el 50 por ciento de las tierras no explotadas, las fuentes de agua y los océanos.

De acuerdo con el más reciente informe del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático, de los más de siete mil millones de personas que habitan en el mundo, alrededor de 50 por ciento están en situación de vulnerabilidad, incluyendo la necesidad del desplazamiento poblacional ante riesgos climáticos que derivan en crisis humanitarias. De igual manera, cada año, según datos de la Organización Mundial de la Salud, se registran 13 millones de muertes por cuestiones relacionadas directamente con asuntos climáticos y más de 90 por ciento del aire que se respira es insalubre.

El organismo rector de las políticas de salud pública ha señalado que estas modificaciones a las temperaturas y los ecosistemas provocan el desplazamiento de insectos como los mosquitos, provocando la aparición de nuevas enfermedades o variantes de las mismas; la carencia de agua y la modificación de los hábitos alimenticios ante la falta de productos naturales y el incremento de alimentos procesados.

Ante el panorama, la agencia internacional dedicó recientemente la conmemoración del Día Mundial de la Salud, de este año, al cuidado del globo terrestre, bajo el lema Nuestro planeta, nuestra salud, haciendo énfasis en que una crisis climática también es una crisis de salud, por lo que las prioridades de los gobiernos deben ser el cuidado del medio ambiente, y por ende, de la salud, procurando el bienestar de las personas.

De esta manera, se urge a los gobiernos a crear sociedades del bienestar sostenibles que no infrinjan los límites ecológicos y que garanticen que todas las personas tengan acceso a herramientas, sistemas, políticas y entornos que salven y mejoren la vida de las personas.

Sin embargo, como advierte el filósofo británico Philip Kitcher, asumir y comprender estas ideas no es tan fácil, pues, desde hace cuatro décadas, un grupo de connotados científicos han advertido sobre la situación, aportando bastantes evidencias y haciendo llamados a los gobiernos y a las agencias internacionales para hacer algo al respeto. En respuesta, se desató una corriente negacionista del cambio climático, respaldada por muchos sectores industriales, que logró pernear en los imaginarios comunes de muchas sociedades, bloqueando el desarrollo de medidas a favor de la mejora y el cuidado del medio ambiente, ya que no se hace conciencia colectiva de la situación.

El autor de El avance de la ciencia. Ciencia sin leyenda, objetividad sin ilusiones, de reciente traducción y publicación en la UNAM, ha señalado que muchas propuestas apuestan por el cambio social y la modificación de ciertos estilos de vida y patrones de consumo, pero, advierte que podría no ser suficiente, ya que es necesario involucrar a la ética en este debate, haciendo conciencia con respecto a nuestra responsabilidad con las generaciones futuras y venideras.

Un tema a tomarse muy en cuenta ante el momento crucial en el que nos encontramos para evitar el aumento desmedido de la temperatura planetaria, y no rebasar los 1.5 grados centígrados establecidos en los Acuerdos de París,  disminuir la contaminación del aire y de los océanos, modificar la movilidad urbana, cambiar los estilos de vida y hábitos alimenticios por dietas más locales y actividades menos sedentarias, transicionar las fuentes de energía, mejorar la convivencia con otras especies, entre muchos otros retos, a los cuales hay buscar soluciones a fin de mejorar la salud de nuestra casa, el planeta Tierra, y en conjunto, la de todos sus habitantes, incluido el ser humano.

Acerca del autor

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Leonardo Bastida

@leonardobastida

Tejedor de historias y cronista de las realidades desde hace más de una década. Etnohistoriador de formación, apasionado por el cine, la literatura y las buenas charlas, investigo y documento vulneraciones a derechos humanos por cuestiones de género, diversidad sexual, VIH/Sida, entre otras causales. Por investigaciones periodísticas sobre tecnología mexicana aplicada al tratamiento del VIH y la ruta seguida por las mujeres del Estado de México para lograr la declaratoria de la alerta de género, obtuve los premios Nacional de Periodismo, otorgado por el Club de Periodistas, y el José Pagés Llergo.

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