El martes mi hijo no fue a su escuela. Recibimos un mensaje muy temprano para que no lo lleváramos porque iban a desalojar el inmueble y con ello, a la fundación Autismax y la casa hogar San Luis Gonzaga.
La constructora FRISA ganó el juicio como escribí hace unas semanas aquí y se quedarán con los terrenos que ahora ocupan estas instituciones que atienden a niños con parálasis cerebral y autismo, entre otras discapacidades , ya que no reconoce la donación que hizo el municipio hace ya más de 30 años .
Nadie pudo hacer nada y FRISA, ese monstruo constructor no se iba a detener. Vaya, ni siquiera pensarlo, negocios son negocios, las ganancias económicas no pueden compararse al bienestar y atención de un puñado de niños con necesidades diferentes.
¡Qué tontería! Resulta bastante ingenuo pensar que eso podía importarle a las autoridades , al municipio, a alguien y que podíamos conservar esos espacios , si el lugar es tan transitado, si el uso de suelo en esa zona es carísimo, si los departamentos serán exclusivos y el terreno es muy grande… ¡Qué desperdicio!
Esa es la mentalidad de hoy en día, esa mentalidad de la ganancia económica, del dinero. Justo ayer leía sobre la capitana del barco que fue detenida por salvar a unas personas de una muerte segura en medio del mar, ella como muchas otras personas están enfrentando juicios por ayudar a otros a no morir. Es cuando una se pregunta entonces qué sociedades están construyendo los grandes poderes económicos , quién vela por los sectores más desprotegidos de nuestra sociedad si las autoridades no escucharon y la orden de desalojo se dio aún cuando se había pedido julio y agosto para poder hacer la mudanza.
Todo eso no importó. El martes muy temprano FRISA mandó un montón de personas para desalojar el inmueble.
¡Qué tristeza! Empacaremos las cosas, trasladaremos a los niños y guardaremos en la memoria recuerdos de esos que no se compran , que no encuentras en los centros comerciales , como la vez que Soco, la Terapista Física del San Luis Gonzaga me llamó y me llevo al jardín con mi niño de casi tres años para enseñarme que ya caminaba agarrado de una venda que ella jalaba.
“Si se cae, se cae de nalgas”, me dijo, “y eso está bien”. A partir de ahí mi hijo camino agarrado de una venda y después él solito.
Pensar que tal vez otros niños vean truncados su procesos de rehabilitación y adquisición de habilidades es insoportable, pues desgraciadamente para un niño con discapacidad el tiempo es importante y si no adquieren ciertas habilidades en un lapso de tiempo, tal vez ya no logre hacerlo.
El dia de hoy no tenemos certezas, no sabemos en dónde quedaran estas dos instituciones. Autismax está en la búsqueda de un nuevo espacio y del San Luis Gonzaga no sabemos dónde encontraran las condiciones necesarias para alojar a niños y niñas con discapacidad .
Así que una vez más empezaremos a buscar espacios, opciones, a ver dónde cabemos , a ver si no estorbamos. El próximo ciclo escolar para nuestros niños está lleno de incertidumbre.
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