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El cuidado de los otros y las políticas públicas

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Reconocer a quienes dedican amor y tiempo a los enfermos

Recientemente, cuando me preguntan a qué me dedico, respondo: “Escribo y cuido: cuido a mi madre y a mi hermano.” Lo hacemos en familia y como, casi siempre pasa, somos las mujeres quienes realizamos la mayor parte del trabajo e invertimos una cantidad considerable de tiempo y recursos para sostener y preservar la vida de nuestras personas amadas, con calidad.

¿Cuál es la diferencia entre nosotras y las mujeres que durante siglos se han encargado de cuidar a sus seres queridos? Tal vez sea el hecho de que este tema comienza a reconocerse desde el ámbito público. ¡Por fin! Incluso, hay economistas que lo están midiendo en términos de su aporte al desarrollo social de un país. Algunas feministas le llaman: Política de Cuidados.

En 2015, la ONU aprobó la Agenda 2030 para transformar el mundo, con 17 Objetivos para el Desarrollo Sostenible (ODS), en especial el objetivo 5 sobre igualdad de género y específicamente el 5.4, ya señala la urgencia de:“Reconocer y valorar los cuidados y el trabajo doméstico no remunerado mediante la prestación de servicios públicos, infraestructuras y la formulación de políticas de protección social, y promoviendo la responsabilidad compartida en el hogar y la familiar, según proceda en cada país”.

Este 10 de noviembre, por primera vez, colectivos de la Ciudad de México se manifestaron por el reconocimiento de esta labor como un tema de interés público.

Quienes hemos cuidado lo sabemos: es un arduo y complejo trabajo. Una labor que no solo implica tiempo, sino también disposición y capacitación, pues no nacemos con el chip de cuidadoras, solo por el hecho de ser mujeres.

También está la dimensión personal y las historias de familia: se podrían escribir intensas biografías sobre los ciudados. Una de los éxitos más sonados es la novela Como Agua para Chocolate. En charlas cotidianas se habla de ´Tita´ en referencia a la protagonista de este betseller. Ella es la cuidadora por antonomasia. Solo que nosotras no queremos que ese realismo trágico consuma nuestra vida.

Otra dimensión, ampliamente documentada por el feminismo, es el estudio del espacio privado y en este caso, del espacio de los cuidados. ¿De qué va cuidar? Se trata de sostener, de alimentar, de escuchar, de respetar, de reaprender… Cuidar de nosotras y de los otros, sostiene al mundo. Y al ser las mujeres quienes mayoritariamente realizamos esta actividad humana con efectos sociales y económicos, no remunerada ni reconocida, también en eso se expresa una clara desigualdad.

Se sabe que las cuidadoras primarias viven condiciones adversas al encontrarse ante una enorme responsabilidad. Son ellas quienes invertierten más tiempo y recursos en cuidar. Esto ha perpetuado la desigualdad entre hombres y mujeres. También debe ser un tema de agenda pública.

La CEPAL define las Políticas de Cuidado como aquellas que “abarcan aquellas acciones públicas referidas a la organización social y económica del trabajo destinado a garantizar el bienestar físico y emocional cotidiano de las personas con algún nivel de dependencia. Estas políticas consideran tanto a los destinatarios del cuidado, como a las personas proveedoras e incluyen medidas destinadas tanto a garantizar el acceso a servicios, tiempo y recursos para cuidar y ser cuidado, como a velar por su calidad mediante regulaciones y supervisiones.”

Otro rubro, es referente al Tiempo y los Cuidados. Las personas a las que cuidamos, sean bebés, niños, niñas, adultos mayores o personas con alguna discapacidad tienen ritmos distintos a la agitada exigencia de la vida cotidiana.

Su tiempo y nuestro tiempo, corren en ritmos distintos. Necesitamos sincronizar el reloj de los cuidados y el exigente ritmo socio-laboral. No podemos seguir en tres o cuatro pistas.

Como verán este tema da para un serial sobre los cuidados desde múltiples dimensiones: política pública, economía, vida cotidiana… literatura y hasta poesía.

Mientras tanto quienes hacemos esta labor, exigimos el reconocimiento pleno al trabajo de los cuidados. Es un tema de agenda pública, de salud, de derechos; y también una importante expresión del amor y la preservación de la vida misma.

Acerca del autor

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María Teresa Juárez

Con estudios en derechos humanos, literatura, guión, periodismo de investigación y televisión por la Universidad Iberoamericana. Becaria de la Fundación Gabriel García Márquez para el Nuevo Periodismo Iberoamericano, en la rama de Periodismo y Literatura. Consultora en periodismo, radio, salud y género. Guionista. Co-fundadora de la red Periodistas de a Pie.

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