Tabaco y alcohol son dos de los estimulantes más consumidos por mujeres y hombres adultos en todo el mundo. Su impacto en diferentes órganos del cuerpo humano ha sido bien documentado, como ocurre con su impacto en pulmones, hígado y corazón, pero en la actualidad ha aumentado la preocupación por el daño que provocan al sistema nervioso central y al cerebro.
Para conmemorar el Día Mundial del Cerebro, que se celebra este 22 de julio, especialistas en neurología, pero también en ciencias sociales, abordaron públicamente el impacto que el consumo repetido y extendido de tabaco y alcohol generan en el órgano que genera nuestros procesos sensoriales y cognitivos, incluyendo la vista, oído, olfato, gusto, tacto, razonamiento, lenguaje, memoria y también la integración de nuestras emociones e intuiciones
Consumo y riesgo
Javier Andrés Galnares Olalde, especialista del Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía Manuel Velasco Suárez (INNNMVS), explicó que el consumo de tabaco aumenta la presión arterial, lo que puede llevar a infarto cerebral, demencia vascular y esclerosis múltiple, entre otros padecimientos cerebrales irreversibles, con riesgo de fallecimiento.
El especialista adscrito a la Subdirección de Neurología del Instituto recordó a la población que el cerebro controla todas las funciones corporales; por ello, cuando sufre daño por diversas causas, la persona puede sufrir alguna discapacidad que merma de forma grave su calidad de vida.
Por otra parte, el mismo doctor Galnares Olalde expuso cómo el consumo de bebidas alcohólicas por tiempo prolongado produce muerte neuronal y afecta una parte del cerebro llamado cerebelo, que da lugar a problemas de coordinación y memoria.
Otras manifestaciones dependen de cuál de los cuatro lóbulos que lo constituyen está afectado. Los daños en el lóbulo temporal se identifican por dificultad en la memoria; en el frontal, debilidad del habla o lenguaje; en el parietal, disminución de la sensibilidad, y en el occipital, baja de la capacidad de visión.
Alteraciones de conducta
La Fundación de Investigaciones Sociales (FISAC) promueve la responsabilidad ante elconsumo de alcohol evitando el consumo excesivo y explosivo de alcohol en adultos y elconsumo de alcohol en menores de edad para cuidar el cerebro.
Datos difundidos este fin de semana por la FISAC señalan que la prevalencia de consumo actual de alcohol entre personas de 10 a 19 años fue de 8.7%para el año 2022. El consumo excesivo de alcohol en adultos de 20 años o más, fue de17.6% para ese mismo año.
La asociación civil expuso que el consumo entre menores de edad o en exceso, constituyenfactores de riesgo para numerosas condiciones de salud mental, tales como la ansiedad ola depresión; por lo que es importante entender los parámetros de lo que constituye elconsumo excesivo: para mujeres adultas es de 4 o más tragos en una sola ocasión (24horas) o más de 9 a la semana y para los hombres adultos son 5 o más tragos en unasola ocasión (24 horas) o más de 12 a la semana.
Debemos persuadir y hacer conciencia de no dar o suministrar alcohol a menores deedad, ya que un consumo precoz de alcohol afectará los procesos normales demaduración del cerebro y esto puede resultar en problemas significativos de aprendizaje,memoria y un mayor riesgo de desarrollar trastornos de salud mental y posteriormenteuna adicción.
Cuando consumes alcohol, esta sustancia actúa en múltiples áreas del cerebro, conformeaumenta la concentración de alcohol en sangre, incrementan los efectos en el lóbulofrontal, responsable de la toma de decisiones y el control de impulsos; el hipocampo,crucial para la memoria y el aprendizaje; el cerebelo, que coordina el equilibrio y lamotricidad; el sistema de recompensa, el tálamo, que gestiona las sensaciones físicas; yla amígdala, encargada de regular emociones como el miedo y la ira.
Enfermedades comunes
Las enfermedades neuronales más comunes asociadas con el cerebro son la migraña, caracterizada por dolor de cabeza e intolerancia a la luz, entre otros síntomas; le sigue el infarto cerebral, que es la segunda causa de muerte en el mundo.
Otros problemas asociados con el cerebro son la enfermedad de Alzheimer, que es un tipo de demencia que afecta a 50 millones de personas en el orbe, y Parkinson, con el que cada año se diagnostican 10 millones de pacientes.
Una medida básica para el cuidado del cerebro es dormir el tiempo suficiente conforme a la edad, ya que en este periodo el organismo desecha sustancias innecesarias, lo que ayuda a la recuperación de los músculos y tejidos del cuerpo y consolida la memoria.
El doctor Javier Andrés Galnares, del INNNMVS también resaltó la necesidad de realizar de 150 a 300 minutos por semana de actividad física, alimentarse de forma equilibrada, realizar alguna actividad para mantenerse ocupado y socializar, como medidas a lo largo de la vida para evitar o retrasar algún eventual daño en el cerebro.
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