Las nuevas autoridades de salud se encuentran frente a grandes retos a los que habrán de responder. De entre ellos, desarrollar los cuidados paliativos para lograr el acceso oportuno y de calidad a todo aquel mexicano que los requiera me parece que debe estar en lugar prioritario dentro de la agenda.
Si vemos el continuo salud/enfermedad y cómo abordarlo, de acuerdo a los lineamientos de la Organización Mundial de la Salud, tenemos que:
Como podemos observar la paliación debe acompañar al diagnóstico de enfermedad y no se contrapone con los tratamientos convencionales para curarlas o controlarlas; por el contrario, se complementan. Eventualmente, como se observa en el diagrama, el tratamiento paliativo acompaña al paciente y la familia hasta el final. Queda claro, entonces, que los cuidados paliativos no son exclusivos para el final de la vida y esto es lo que tenemos que subrayar y difundir porque ha creado un halo de temor que obstaculiza su desarrollo e implementación en todos los niveles de atención.
Las enfermedades crónicas degenerativas, o no trasmisibles, aumentan al mismo tiempo que la pirámide poblacional se invierte, de tal suerte que podemos inferir que año con año serán más mexicanos quienes podrían beneficiarse de los cuidados paliativos y garantizar así su calidad de vida, al igual que la de sus familiares. Sea por enfermedad o por el propio proceso de envejecimiento son cientos de miles de mexicanos que se ven afectados en su calidad de vida y en muchas ocasiones pasan los últimos con sufrimiento innecesario.
Este sufrimiento se puede explicar por muy distintos factores:
- La enfermedad
- Los tratamientos, cuando estos se hacen innecesarios porque el organismo ya no responde a ellos e incluso, provocan en ocasiones mayor sintomatología.
- El desgaste emocional, tanto del paciente como de la familia.
- La muerte social a la que condenamos a aquellos que dejan de ser productivos o que nos recuerdan la finitud de la vida.
- La falta de recursos económicos (diversos estudios han encontrado que el 80% del gasto que una familia destina al cuidado de la salud se eroga en los últimos dos años de vida).
Al día de hoy y de acuerdo con cifras del Instituto Nacional de Cancerología existen solamente 119 unidades de cuidados paliativos en todo la República Mexicana. Huelga decir que son absolutamente insuficientes.
De lo anterior, podríamos concluir que si bien es cierto que escuchamos voces cada vez más fuertes sobre la necesidad de acceso a los mejores tratamientos para curar y controlar las enfermedades y que es innegable el derecho a exigirlo, también es verdad que la apuesta más fuerte de un sistema de salud, cualquiera, debiera estar en la prevención y detección oportuna que favorezca mayor sobrevida y contar con los servicios suficientes para que los pacientes puedan ser atendidos de manera simultánea (e intermitente, de acuerdo a cada caso en lo particular) por un equipo de cuidados paliativos para que esa sobrevida vaya siempre acompañada de la calidad.
Insisto, como siempre, en que es tarea de todos: Gobierno, Academia y sociedad en general. Solo unidos lo hemos de lograr.
Difundir lo considero un deber.
*Coautora junto Mariana Navarro de Cuidados Paliativos. Medicina que apuesta por la calidad de vida. Editorial Fontamara,2016
**Diagrama realizado por Gina Tarditi con fines simplemente explicativos
@GTarditi
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