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Día del Padre… con el corazón partido

Escrito por Rafael Ojeda

Papás en duelo, no dejan de ser papás

Es gracioso cómo a veces la manera en la que se acomodan las circunstancias de la vida, los momentos importantes, trascendentales, aquellos que no se irán sin importar el tiempo parecen tener marcados cierto tipo de números específicos, ciertos meses o temporadas en la vida. ¿Les pasa esto?

A mí me sucede con este mes, junio. Marca el mes en el que llegué al mundo, un día 10. También marcó algo que comenzó a tener importancia para mi en 2004, el año en que me convertí en padre por primera vez. Es también parte de uno de mis momentos más felices, pero también uno de los más terribles de mi vida, el 3 de junio nació mi hija Regina y el día 12 de junio murió.

Recuerdo de manera muy vaga aquel 19 de junio de 2016 (literalmente estaba en modo automático), apenas una semana después de la muerte de mi Regina vino mi primer Día del Padre.

Fui a una plaza comercial con la mamá de Regina y nos acompañó mi hijo, el cual nació de una relación previa. No sabía cómo sentirme, por una parte era lindo compartir con mi hijo, por el otro sabía que la tristeza en la mamá de Regina era inmensa, yo mismo me sentía con una montaña rusa de sentimientos y emociones que no sabía manejar; como dije, simplemente me dejé ir en modo automático, de tal manera que cuando la mamá de Regina me dijo que prefería esperarme en casa le dije que estaba bien…

Esta situación me hizo pensar en los distintos escenarios que se presentan para las mamás y papás que hemos pasado por la muerte de algún hijo o hija en cualquiera de sus etapas. Seguramente habrá los que sean primerizos totalmente, habrá quienes por una parte sea su primer hijo y, por la otra, haya algún hijo o hijos de otras relaciones, los habrá quienes ya tengan hijos en común y luego muera algún hijo, o el caso de tener hijos arcoiris (los que nacen después de la muerte de un hijo/a).

En mi caso soy de los papás que tienen hijos de otras relaciones antes de sufrir la muerte en cualquiera de sus etapas de otro de sus hijos, y me parece que la forma en la que somos vistos no sólo por la sociedad, sino también por nuestra pareja, nos puede llegar a causar más dolor.

Como hombres parece que no se nos percibe como personas con sueños de tener una familia, no somos vistos como aquellos que pensamos en nuestros hijos desde el día 1 que sabemos que vendrán al mundo, que nos creamos sueños e ilusiones con esa noticia y que incluso cuando sabemos el sexo del bebé nos enfocamos más en qué tipo de cosas nos gustaría hacer juntos, cómo quisiéramos verlos crecer, impulsarlos, mirarlos hacer travesuras, en fin, tantas cosas que aún las pienso en mi Regina y no puedo evitar que mis ojos se llenen de lágrimas de emoción mezcladas con tristeza.

Parece que simplemente se nos mira como personas ajenas, proveedores, aquel “macho duro” que no sufrirá en público y que simplemente seguirá su vida como si nada porque no llevó vida en su vientre.

En lo personal esta manera de no saber cómo manejar todo lo que estaba atravesando, la falta de comunicación con mi familia y con mi pareja, fueron generando vacíos en la relación que estallaban en momentos de tristeza, desesperación, estrés, etc. Una de las cosas que más me marcó fue recibir un comentario de que no me dolía la muerte de Regina porque yo tenía otros hijos, eso es devastador porque quienes vivimos esto sabemos que los hijos no son cosas que se sustituyan. Ni teniendo otra hija voy a borrar lo que significa para mí Regina, y eso es lo que muchas veces la sociedad no entiende.

En nuestro Día del Padre tenemos todo el derecho de sentirnos felices o tristes, con ganas de recordar a nuestros ángeles o simplemente pasar un día en silencio. Por más que nos digan que debemos estar contentos, que tenemos muchas razones para sonreír, esta herida en el alma no se va a ir jamás. Lo único que queremos es un abrazo, un silencio, acompañamiento… Que nos entiendan. Si tenemos más hijos, no quiere decir que no los amemos con toda el alma, simplemente nuestro corazón esta partido y tiene esta ambivalencia de estar feliz y triste al mismo tiempo.

Nosotros, como papás en duelo, debemos generar una apertura ante este dolor y entender que si nosotros ponemos una barrera de dureza, la gente no va a hablar de nuestros hijos fallecidos porque nos verán “bien”, porque pensarán que nos llevarán a recordar cosas que parecen que ya están olvidadas. A mí me pasó muchas veces que me preguntaba: “¿Por qué mi familia no me pregunta por Regina?”. Tiempo después, cuando a cuentagotas podía hablar de ella con mi familia me enteré que no sacaban el tema porque pensaban que me harían daño, sin embargo, no sabían que con su silencio me dañaban más porque yo pensaba que para ellos era como si mi Regina no hubiera existido.

He pensado muchas cosas antes de ponerme a escribir este texto, porque más allá de sólo compartir mi experiencia reflexiono en la manera en la que quiero ayudar a visibilizar la muerte gestacional, perinatal y neonatal pero también quiero romper este tabú tan grande que existe alrededor de que somos hombres que soportan todo.

Siento que somos seres humanos que no estamos acostumbrados a llorar en público, no estamos dispuestos a dejar que otros miren nuestra vulnerabilidad y al final esto pesa tanto en nosotros que los medios por lo que externamos este peso que cargamos terminan siendo los menos adecuados.

Debemos aprender a dar visibilidad a este duelo que vivimos como madres y padres, porque es importante aprender a identificar nuestro dolor y la manera en la que podemos encaminar de mejor forma nuestro duelo con la finalidad de evitar un sufrimiento mayor por culpa de todos estos sentimientos que se generan y no sabemos cómo manejar.

Siempre hay un camino de apoyo para poder tener una mejor forma de llevar el duelo por la muerte de una hija o hijo en cualquiera de sus etapas, por ello no duden en visitarnos a través de la página de Paternando la muerte Eca (en Facebook), donde podrán encontrar material de apoyo que constantemente compartimos; asimismo, tenemos un grupo de contención dedicado especialmente a papás, esto con la finalidad de ir rompiendo poco a poco el tabú de que no está bien compartir nuestros sentimientos, así que es un espacio seguro para quien quiera expresarse sin ser juzgado.

Acerca del autor

Rafael Ojeda

Rafael Ojeda es Consultor de mercardos en Zurich Insurance México. Además es baterista en el grupo TabacosPunkRock y Krueles. Administra Paternando la Muerte Eca en Facebook. Fb: Ro Damage Instagram: ro108

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