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Bebés prematuros, una luz de esperanza… nuestro duelo

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Escrito por Redacción

Historias tristes que se convierten en esperanza

Mi historia (Elizabeth Mora) *

Maryam fue una bebé muy deseada. Su padre y yo buscamos un embarazo por medio de fecundación in vitro. Después de cinco años de búsqueda, creíamos que nunca podríamos ser padres, hasta que vimos esta opción. Recibí mi positivo al primer intento. Mi hija fue muy buena conmigo pues no tuve ningún achaque, todo marchaba bien hasta las 28.4 semanas de gestación (sdg). 

Un estudio marcó una alteración en la arteria cerebral media y debía nacer antes de que llegara a tener restricción de crecimiento. Yo empecé a preocuparme y mi presión se elevó, me diagnosticaron preeclampsia severa y mi bebe nació exactamente a las 29 sdg un miércoles 6 de junio a las 16:13 horas, pesando 1030 gr. 

La escuché llorar y, claramente, oía como si dijera “mamá” en su llanto. Me la mostraron y tenía el cordón enredado en el ombligo; fue el único día que pude escuchar a mi hija, a quien pude darle un beso.

Después la internaron en UCIN (Unidad de Cuidados Intensivos) y su papá se dividía en dos para visitarnos a ella y a mí. Yo la pude visitar hasta el cuarto día cuando salí del hospital con las manos vacías, viendo cómo todas las demás llevaban a sus bebés en ese mismo momento.

Todos los días estuvimos allí su papá y yo. Recibió dos transfusiones, pero la última se complicó… Nos llamaron el 17 de junio a las 12:00 de la noche. Mi bebé estaba mal y falleció a las 12:20 horas.

Cuando llegamos mi niña ya había regresado al cielo. Hoy agradezco el haberla conocido. Ahora ella vive en mí; como antes en mi vientre, ahora vive en mi corazón y de allí no se irá hasta el día en que nos volvamos a encontrar.

Estando en UCIN veíamos cómo había familias que no tenían dinero para comer o para comprar los pañalitos y las toallitas que nos pedían diario. Algunos eran foráneos y ahí se quedaban o se iban a albergues. Otros no tenían ni para su transporte.

Las mamás de UCIN sacan fuerza para recuperarse de una cesárea a los tres días, por sus hijos. En esos momentos traemos la cabeza hecha pelota por el mundo de hormonas que produce el cuerpo y aun así estamos al pie del cañón por nuestros hijos y la restricción de no llorar delante de ellos. Todavía me pregunto de dónde sale esa fuerza que nunca pensé que yo también tendría.

De ahí nació el deseo de ayudar a alguien más con lo poco o mucho que esté en mis manos, lo que me ayuda a hacer más liviana la carga .

Mi historia (Tere Espinosa y Eira Raquel Flores) * *

Tere y yo (Eira) somos pareja. Decidimos tener familia, algo que siempre soñamos, e hicimos un primer intento para tener bebé, tratamiento que no se logró.

Al año lo volvimos a intentar y tuvimos la sorpresa más bella: seríamos mamis de unos bellos cuatrillizos, tres princesas y un bello príncipe.

Todo marchó bien durante el embarazo, pero el 14 de agosto no sentí que se movieran por dos horas y nos fuimos a urgencias. Llegando se empezaron a mover y me quise quedar para poder verlos en el eco.

Me dijeron que ya traía dilatación, así que no podía irme porque tenía cerclaje. El 15 de agosto de 2018 a las 7:45 de la noche nació Eira, la mayor, con un peso de 880 gramos; a las 7:47 pm Amaya, con un peso de 825 gramos; a las 7:48 pm Leo, con un peso de 1065 gramos, y a las 7:50 pm Mariel, con un peso de 705 gramos.

Nacieron por una infección del cerclaje a las 26.4 sdg con sepsia neonatal y sus pulmones no estaban preparados. A los tres días, el 18 de agosto, Amaya se puso sus alitas. El día 20 de agosto a los cinco días, mi príncipe Leo se convirtió en ángel. Y el 25 de agosto, a los 10 días, mi princesa Eira se fue con sus hermanos. Fue algo muy difícil que en menos de 10 días se me fueron mis bebés.

Mi niña, la más pequeña, luchó por 114 días. Tiempo que nos llenó un poco el hueco que sus hermanos dejaron y es nuestra más grande joya que tenemos. Los amamos a los cuatro por igual y siempre los recordaremos y amaremos de igual manera a todos.

Apoyo a madres y padres de bebés prematuros

En Monterrey realizamos una colecta de pañales RN o Prematuro y toallitas húmedas para apoyar a los papás de bebés prematuros internados en UCIN de la UMAE No.23 Hospital de Ginecología y Obstetricia del IMSS.

Lanzamos la convocatoria en Facebook con familiares y amigos. Tuvimos dos entregas, una se realizó el 17 de noviembre en la explanada del hospital y a la hora de visita entregamos la ayuda en las filas de acceso a las familias que acudían a visitar a sus bebés.

Posteriormente fuimos invitadas al evento anual que realiza el Hospital, en marco del Día Mundial del Prematuro. Ese día se nos dio acceso a los pisos de UCIN y ahí se les entregó a las mamás y papás un paquete con pañales prematuro y toallitas, además de brindarles unas palabras de aliento para no dejar de creer, de seguir adelante y nunca perder la fe, porque en algunos casos existen los milagros, como el de Mariel.

Estas acciones las realizamos en nombre de los bebés prematuros que salieron adelante como Mariel, hija de Eira y Tere, y a los prematuritos que se nos adelantaron en el camino: Maryam, Eira, Leo y Amaya, y en honor de todos aquellos bebés que vinieron un tiempo a estar con nosotros y a darnos una gran lección de vida por su lucha y su luz de esperanza.

  • Elizabeth Mora es Coordinadora de MISS Eca en Monterrey, Nuevo León *
  • Tere Espinosa y Eira Raquel Flores forman parte de MISS Eca-Red de Apoyo ante la Muerte Gestacional y de la Niñez Temprana. Radican en Monterrey * *

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