Pesar más de 80 kilos. No tener una cintura de 60 centímetros. Verse robusta de la espalda y estar a unos meses de la boda de su hermana provocó que Aurora se sometiera al bypass gástrico a sus 32 años. Una operación que consiste en crear un atajo en el estómago para que el camino de la comida sea más rápido, esto ayuda a bajar más rápido de peso. Se sugiere para personas con obesidad mórbida, es decir, tener 40 kilos demás sobre el peso ideal. Ella sólo tenía 20 kilos encima.

Como mujeres atravesadas por los estándares de género ¿qué estamos dispuestas hacer para cumplir con la figura esbelta, rostro terso y cara afilada? Así como lo hace Demi Moore quien caracteriza a Elizabeth Sparkle en la película británica de horror corporal La Sustancia dirigida por la francesa Coralie Fargaeat, estrenada este año, que surge como una crítica feminista a la exigencias que debe cumplir una mujer cisgénero al llegar a una edad.

Elizabeth Sparkle decide adquirir “la sustancia” tras ser relegada del programa fitness del que era protagonista. No vamos a hacer spoiler de qué se trata. Pero dicha historia recuerda lo que hizo Aurora para entrar en esa figura delgada promovida por la publicidad, películas y añorada por cierta parte de la sociedad. En la operación le cortaron una parte del intestino, esta acción ya no es reversible. Si antes podía comer cuatro tacos de suadero, una coca y echarse unos plátanos con crema. Cosa que disfrutaba al máximo. Ahora sólo puede comerse, muy a penas, un taco de suadero, tomarle un sorbo a la coca y sólo picar un plátano.

Las cirugías estéticas en México han ido en aumento. Incluso han potenciado el turismo al país. En 2022 ocupó el quinto lugar a nivel global en este tipo de procedimientos, se estimó que crecería unas 10 veces más en pocos años por los bajos costos y la calidad médica, según la agencia EFE. Las cirugías más solicitadas son las de nariz, busto y liposucciones. El costo en México es un 50% menor que en Estados Unidos.

En México un bypass gástrico ronda entre los 80 y 120 mil pesos, en caso de hacerlo en un hospital privado. El Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) lo realiza sólo al ser prescripción médica, es decir padecer obesidad mórbida y no poder bajar de peso tras haber intentado dietas. No como el caso de Aurora que sólo era esta urgencia de bajar de peso tras las diversas dietas por las que había atravesado. Sin darse cuenta que también su estilo de vida ha influido en esa posibilidad de “no bajar de peso”.

Es más fácil vernos a nosotras como el problema “es que no puedo dejar de comer”, “es que no me hace la dieta”, “es que no tengo tiempo de hacer ejercicio”. En lugar de mirar a los mensajes externos que nos violentan a cada rato con publicidad e imágenes de mujeres delgadas, donde nuestro cuerpos grandes o no tan grandes no encajan en esos espacios. Además, hay una sobre exigencia en nuestros estilos de vida en los que se debe trabajar, gastar, consumir, viajar, comprar, que nos lleva a altos niveles de cortisol. En el que nuestros cuerpos se ven afectados y nuestra salud mental. Con toda esa carga estamos dispuestas a pagar lo que sea por estar delgadas. Y no señalar un sistema que ha convertido a nuestros cuerpos en objetos de consumo y producción. ¿Tú estás dispuesta a pagar lo que sea o a cuestionar el sistema?