El “boom del Zoom” ha generado a los cirujanos plásticos del todo el mundo un aumento sin precedentes de los pedidos para hacer retoques a muchas personas que no les gusta cómo aparecen en video en las reuniones o conferencias diarias a través de esa aplicación y otras plataformas similares utilizadas en gran medida desde la pandemia del coronavirus.
Entre ellas se encuentra Sarah Hayes, directora de programas de una empresa financiera de New Hampshire: “Me di cuenta de que mi rostro empezaba a parecer más viejo -explicó- arrugas sutiles y la piel flácida, lo que me molestaba mucho más en el vídeo que en vida real”. Entonces, decidió recurrir al Botox.
Fue la “tormenta perfecta”, escribió el diario Washington Post, citando a los profesionales de la materia. Además de la respuesta despiadada brindada por los videos, muchos se han dado cuenta de que no tendrán que volver a trabajar pronto, lo que hace que la recuperación sea más fácil y más confidencial.
Incluso, quienes opten por la cirugía facial pueden cubrir la hinchazón postoperatoria con una mascarilla cuando estén en público. Y luego están los procedimientos pospuestos durante los encierros.
Jon Mendelsohn, director médico del Centro de Láser y Cirugía Cosmética Avanzada de Cincinnati, dijo que los procedimientos como el Botox y los rellenos aumentaron un 90% en comparación con el mismo período del año pasado.
Mendelsohn duplicó sus días en el quirófano y extendió significativamente sus horas de trabajo: “Durante las consultas virtuales, 9 de cada 10 personas dijeron que notaron las imperfecciones en Zoom”.
La Sociedad Estadounidense de Cirujanos Plásticos, por su parte, explicó que la organización no tendrá estimaciones generales sobre la cantidad de procedimientos realizados este año hasta la primavera de 2021. (AGENCIAS)
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