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Opinión Del buen vivir

Menstruación y mercado

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Escrito por Cecilia Navarro

Uno de los artículos recientes más cómodos, liberadores y económicos para las mujeres, la copa menstrual, entró de lleno a la lógica capitalista del úsese, tírese y compre muchas más, por los siglos de los siglos. Amén.

La ventaja más evidente de la dichosa copa menstrual era, justamente, su larga duración, que representa un enorme ahorro para quienes la usamos y, más importante aún, la enorme reducción en la generación de residuos, es decir, de toallas y tampones que mes a mes utilizamos y desechamos.

Aparte de esas dos grandes virtudes, la verdad es que la copa menstrual es cómoda, ligera, fácil de llevar, higiénica y ocupa poco espacio. Y dura años. Demasiada buena para ser verdad en una sociedad que se mueve bajo la lógica del consumo sin fin.

Y ahora resulta que una marca de condones y otros productos, Prudence, de la empresa DKT México, sacó la copa menstrual… ¡desechable!

De acuerdo con los cálculos de la empresa, en cada periodo menstrual se utilizarían 4 de estas copas (que duran cada una ¡12 horas!, en contraste con las copas originales que duran entre 5 y 7 años), comercializadas actualmente solo en la Farmacia San Pablo, a un costo de 155 pesos (el paquete de las 4 que se ocuparían, siempre según cálculos de la empresa, en cada periodo).

Es decir, un costo mucho más elevado que el de las toallas sanitarias y tampones que se utilizan mes a mes, y generando como desecho un producto de plástico, un polímero derivado de petróleo.

No hay lógica financiera ni ambiental que sustente este producto. Y así se lo han hecho saber a la empresa miles de personas a través de sus redes sociales, de las que recogemos aquí sólo un par de comentarios:

“Mujeres no usen este fraude de Prudence. Una copa menstrual debe durar varios años. Qué sentido una desechable? Esos de @PrudenceMexico no entienden que no entienden”.

“La copa menstrual desechable de prudence, uno de los peores errores de mkt y desarrollo de producto del momento. Empresas, por favor, do your homework, conozcan a su mercado!!!”

“La copa menstrual de Prudence me parece una burla, una manera de vender un anticonceptivo o algo para que los hombres no tengan contacto con la sangre”

“Acabo de ver la _copa menstrual desechable_ de prudence y llevo aproximadamente 10 minutos gritando por dentro y creo que jamás había estado tan enojada con el capitalismo”

Una copa realmente alternativa

La copa menstrual tiene unos cuantos años en el mercado y surgió de manera verdaderamente marginal y alternativa: no se conseguía en súper mercados ni en farmacias, sino, más bien, circulaba en el circuito de mujeres jóvenes, feministas, que además se interesan por los temas ambientales. Si hace 7 u 8 años te interesaba tener una copa menstrual, seguramente la conseguirías en alguna tienda pequeña con preocupaciones ambientales, importándola electrónicamente o en alguna organización que trabajara temas relacionados con salud sexual.

Es un producto que, comercialmente, se abrió camino de la periferia al centro, de boca en boca, por decirlo de algún modo. No venía apadrinado por las grandes marcas.

De hecho, en febrero de 2016, la Cofepris, es decir, la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios, emitió una alerta sanitaria invitando a las mujeres a no usar las copas menstruales. Poco después, le dio el registro a The Diva Cup.

Hoy, la copa menstrual de Prudence softcup cuenta con el aval de la Cofepris, pero también con el repudio generalizado de una generación de mujeres informadas que se preocupan por su salud, su comodidad, su bolsillo y, cómo no, también por su planeta.

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Cecilia Navarro

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