Desde el año 2009, cada 5 de marzo se conmemora el Día de la Abstinencia Digital; propuesta que parece haberse vuelto obsoleta en un mundo que está hiperconectado. Si bien al momento de su creación se trataba de equilibrar los hábitos de consumo, las circunstancias se han transformado. Es por ello que hay que cuestionarse cómo replantear esta iniciativa, de acuerdo con Norberto Maldonado, experto en tecnología y presidente de la Fundación Kooltivo, para el desarrollo de habilidades digitales.
México es uno de los países que pasa más tiempo frente a la pantalla del celular. Según datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), ocupamos el tercer lugar en el mundo que usa dispositivos móviles, con un promedio de ocho horas diarias. Un reporte de Branch añade que el 91.5% de los mexicanos utiliza el celular para redes sociales, mientras que el 88.1% lo destina al entretenimiento.
Esta realidad está muy enfatizada entre los adolescentes, quienes en promedio dedican casi cinco horas a navegar en la red (ENDUTIH -INEGI) y lo identifican como el espacio donde realizan la mayor parte de sus actividades: estudio, entretenimiento, videojuegos, relaciones interpersonales y búsqueda de información.
“El problema real va más allá del tiempo en pantalla. Es que esos espacios están dejando de lado la oportunidad de elevar nuestra formación y crecimiento personal”, señala Maldonado. “Desconectarse un día es inútil si a las horas regresamos a los mismos hábitos. Hay que balancear y aprovechar herramientas que pueden mejorar nuestra vida cotidiana”.

El experto considera que es un momento crítico para replantear el concepto de la abstinencia digital y transformarlo en una estrategia de educación digital sostenible.
“¿Por qué no cambiar el enfoque de un día de desconexión a una política constante de uso inteligente de la tecnología? No podemos darnos el lujo de ignorar el papel que juega el mundo digital en nuestra sociedad”, reflexiona.
Iniciativas como las que ofrece la Fundación Kooltivo buscan capacitar a ciudadanos para que puedan utilizar la tecnología como un recurso para igualar oportunidades, favorecer la equidad de género, el desarrollo profesional y el desarrollo social.
Con este planteamiento, el directivo invita a la sociedad a reflexionar sobre sus hábitos digitales y a aprovechar las múltiples opciones que existen para un aprendizaje continuo. “En lugar de un día de abstinencia digital, pensemos en cómo cada día podemos hacer un mejor uso de nuestra conexión y con una mejor preparación cambiar nuestras condiciones laborales, económicas y sociales”, concluye Maldonado.
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