Una de las operaciones más complejas, a lo largo del último siglo, es la sustitución de válvulas cardiacas, que anteriormente requería una cirugía en la que se abría el tórax del paciente y se exponía el corazón a la vista de los médicos y enfermeras. Esta cirugía es mucho más compleja cuando se realiza a personas de edad avanzada.
En México, este procedimiento se ha perfeccionado gracias a la incorporación de nuevos dispositivos y la experiencia de los médicos.
Gracias a esto, este domingo se dio a conocer que especialistas en cardiología del Centro Médico Nacional CMN “20 de Noviembre” del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE) lograron sustituir la válvula aórtica de un paciente de 84 años, sin necesidad de una cirugía a corazón abierto.

El tratamiento se llevó a cabo en la Sala de Hemodinamia por lo que el personal de salud utilizó insumos de alta calidad y equipamiento sofisticado, adquirido por el ISSSTE para uso propio del hospital.
Para ayudar a entender la operación se puede decir que, gracias a los avances tecnológicos, ahora la válvula cardiaca se puede introducir al cuerpo humano en forma de un pequeño paquete compacto, que se introduce por una arteria que va desde la pierna hasta el corazón y, al llegar al lugar requerido, se despliega, de manera similar a la que se despliegan algunas de las casas de campaña modernas, para exploradores.
El médico a cargo de la intervención, Roberto Muratalla González, explicó que este procedimiento se realiza en derechohabientes con diagnóstico de estenosis aórtica severa, enfermedad que se produce cuando esta válvula se estrecha e impide que la sangre circule correctamente, por lo que presentan síntomas como dolores en el pecho, desmayos, falla cardiaca e incluso se encuentran en riesgo de muerte súbita.

“Siempre es importante contar con la mejor y más nueva tecnología para hacer del procedimiento más seguro y técnicamente más ágil”, comentó en entrevista Muratalla González.
A través del Programa Heart Vision se realizó la reconstrucción en tercera dimensión del fragmento del corazón del paciente y en tiempo real se colocó una prótesis biológica con ayuda de un catéter.
Asimismo, explicó que, gracias a este novedoso procedimiento, los pacientes no necesitan una cirugía de corazón abierto, por lo que reciben su alta hospitalaria tan solo 24 o 48 horas después.
En la realización de este método también participó el cardiólogo intervencionista Arnoldo Jiménez Valverde; así como personal de enfermería, técnicos radiólogos, anestesiólogos y de ecocardiografía.
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