¿Qué pasa cuando eres niña en 2022 en México? ¿Qué te deben permitir o prohibir? ¿Cómo te deben educar tus padres? O debería referirme a tu madre o tu padre o tus abuelos. Y si estás del otro lado y eres responsable de su crianza ¿Debes decirle que puede ser empresaria o presidenta o científica? La respuesta pareciera un indiscutible sí, pero la cosa se hace algo más complicada cuando piensas qué cualidades debes señalarle como necesarias para acceder a esos puestos. ¿Debes pedirle que se sacrifique física, social y familiarmente o que hay que ser implacable para llegar a esos objetivos pues la meta lo vale? O debes decirle que olvide cuidar a sus hijos porque de lo contrario no será nunca “alguien importante”. ¿Cómo recomendarle que interactúe con unos niños que no necesariamente estarán preparados para tratarla equitativa o igualitariamente y quienes muy probablemente seguirán diciendo clichés como “lloras como niña” o criticarán o acusarán a niñas que les dicen que sean sus novios?
¿Cómo explicarle que su cuerpo es bello y que debe estar confiada en lucirlo como sea y donde sea cuando muchos con los que se topará en la vida -adultos, niñas y niños- se ocuparán de señalarle que tiene que ocultarlo para no ofender a otros que creen que solo ellos pueden mostrarlo o que esa es la mejor manera de protegerse o agradarle a los demás?
¿A qué edad debes decirle que no es seguro que ande por la calle en las ciudades de este país y de muchos otros? Que no puedes dejarla que salga de noche o de tarde a cualquier lugar y que inevitablemente tendrá que vivir en una burbuja a riesgo de dejar de vivir por completo. ¿Cuándo es el justo momento para compartir eso sin generar miedo y angustia? ¿Será válido no hacerlo?
Como mamá de una casi adolescente sé que no hay respuestas superiores y que difícilmente habrá alguna que sirva para todas, pero creo que es tiempo de ventilar las dudas y construir algún tipo de consensos entre quienes tenemos la tarea de la crianza, sean padres o madres, para que nuestras niñas en esta época hipertecnologizada y de inevitable hipervelocidad -una época marcada por las tecnologías 4.0- puedan no solo enfrentar el nuevo mundo, sino contribuir a construir uno mejor para ellas, para todos.
Dice Adela Cortina en el maravilloso libro ¿Para qué sirve realmente la ética? que “… pasando dilemas morales a mujeres (la psicóloga Carol Gilligan) llega a la conclusión de que existen dos lenguajes para codificar el mundo moral, que no están subordinados, sino que uno se ha escuchado más que el otro: el de la justicia y el del cuidado”. Hemos asignado el primero a los hombres y el segundo a las mujeres ¿cómo hacemos para que nuestras niñas empiecen a saber que ambos son para todos? ¿cómo hacemos que el resto de la sociedad también? Tal vez esa sea la base de todo.
Estoy convencida de que estamos en un momento de transición, donde las fórmulas de las abuelas o las mamás están más que rebasadas, donde hay que acogerse a los principios y encontrar nuevos modos.
Encontremos esos modos para formar a esas niñas del futuro, a esas Niñas 4.0.
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