Con un llamado a tejer redes entre profesionales de la salud, psicoterapeutas y organizaciones par un mejor abordaje cuando muere un bebé, se llevó a cabo el Foro Muerte Gestacional y Perinatal en el Instituto Nacional de Perinatología que reunió a especialistas médicos, psicoterapeutas y testimonios.
En Conferencia Magistral, la Subdirectora de Neonatología del Instituto Nacional de Perinatología (INPer), Doctora Alejandra Coronado, resaltó la importancia de abordar este tema ya que las políticas públicas necesitan establecer intervenciones preventivas y estrategias, además de que el
acceso al cuidado perinatal debe de ser igualitario.
Precisó que falta mucho por trabajar para disminuir este tipo de muertes y que muchos de esto casos se pueden prevenir casi sin inversión económica, por lo que hizo un llamado a trabajar en este aspecto con intervenciones menos invasivas.
En tanto, la doctora Sandra Acevedo, Jefa del Departamento de Medicina Materno Fetal del INPer, indicó que en 2017 se registraron en México 22,336 muertes fetales, de acuerdo con el INEGI y, en ese sentido, afirmó que la incidencia de muerte fetal puede ser un indicador de la calidad del sistema
de salud de los países.
En su ponencia sobre duelo perinatal, el psicoterapeuta Mario Guerra destacó que padres que experimentaron la muerte de un hijo tuvieron mayor riesgo de trastornos mentales durante el primer año y hasta cinco después del hecho.
Al señalar que la muerte gestacional y de la infancia temprana es un tema poco visibilizado, reveló que la mortalidad materna se incrementó en 133% dentro de los dos primeros años tras la muerte de un hijo.
En el bloque titulado Resiliencia después de la muerte de un bebé, mujeres que han atravesado por esta experiencia lanzaron un mensaje a los profesionales de la salud para que dentro de los hospitales se brinde un abordaje más especializado y empático a través de protocolos hospitalario que den la oportunidad de despedirse de sus bebés muertos, crear recuerdos de ellos, decidir sobre la forma de parir, poner nombre y apellido a los certificados de muerte fetal, tratar con dignidad los cuerpos de sus bebés fallecidos, regular las licencias de maternidad y paternidad pero, sobre todo, una atención con respeto y sensibilidad.
En este sentido, la tanatóloga Gina Tarditi coincidió en que es fundamental que los hospitales cuenten con protocolos para muertes gestacionales y neonatales que consideren intervención en crisis. Y resaltó la importancia de los grupos de apoyo de madres y padres en duelo, aunado al trabajo psicoterapéutico, para que logren encontrar una estabilidad en sus vidas.
En su exposición, el doctor Christian Bayron Mera afirmó que la violencia obstétrica es un tema que no se puede ocultar, donde personal de salud tendría que formarse desde la visión humana y abrirse a nuevas maneras de atención hacia las mujeres gestantes.
Al presentar el Proyecto MAIO, un modelo de atención integral para el parto respetado, instó a implementar manuales de procedimientos en el sistema hospitalario mexicano, que consideren un abordaje especializado ante muertes gestacionales y perinatales. Reconoció la labor en el Instituto
Nacional de Perinatología como única institución de salud que ya trabaja con este tipo de programas.
Finalmente, la especialista Mónica Álvarez, en videoconferencia desde Navarra, España, reconoció el trabajo de profesionales de la salud que se enfrentan a estas muertes pues recae en ellos la primera línea para contener a las madres que llegan al hospital por complicaciones en el embarazo y éste termina en la muerte del bebé.
Fotos: Elena Ayala
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