Por primera vez en la historia, médicos y enfermeras del Hospital General de México realizaron una de las cirugías más complejas de nuestro tiempo; la operación de un bebé dentro del vientre de su mamá, para corregir la malformación llamada espina bífida.
La espina bífida es una condición que se presenta durante la formación del bebé, en la cual, la columna vertebral del menor no se cierra por completo durante el desarrollo fetal. Esto provoca que parte de la médula espinal y sus membranas sobresalgan a través de una abertura en la espalda.
Las personas que nacen con espina bífida pueden padecer problemas para moverse, controlar sus esfínteres y aprender. La cirugía fetal, como la que realizó el Hospital General de México “Dr. Eduardo Liceaga”, ha demostrado ser eficaz para mejorar el pronóstico de estos pacientes y reducir la necesidad de intervenciones postnatales y mejorando la función neurológica a largo plazo.
Esta operación ya se había realizado en otros hospitales del país; por ejemplo, en Querétaro y Guanajuato, pero es muy importante el nuevo logro por tratarse de un hospital de la Secretaría de Salud, lo que significa que es una entidad pública y de atención gratuita; al servicio de familias que no cuentan con seguridad social.

Operación pionera
El primer caso atendido en la institución fue el de Michelle, una mujer de 24 años con 24 semanas de embarazo, referida con diagnóstico de mielomeningocele; es decir espina bífida de su bebé.
Bajo el esquema de gratuidad, recibió atención especializada por parte de los servicios de Gineco-obstetricia y Medicina Materno-Fetal. La intervención estuvo a cargo del doctor Juan Carlos De León Carbajal, cirujano fetal, quien explicó la complejidad del procedimiento.
La cirugía consistió en una minihisterotomía, una incisión de apenas 2 a 3 centímetros en el útero, que permitió exponer el defecto del feto. Posteriormente, el neurocirujano realizó la reparación, tras lo cual el útero fue cerrado para permitir la continuidad del embarazo.
Este procedimiento ha demostrado reducir la necesidad de tratamientos postnatales para la hidrocefalia y mejorar el desarrollo neurológico y la función motora del bebé. Al realizar la cirugía antes del nacimiento, se busca minimizar complicaciones como parálisis, incontinencia y problemas de aprendizaje.
El doctor De León calificó la cirugía como un éxito que mejorará la calidad de vida del bebé en un 60 a 70 por ciento. En México, la incidencia de espina bífida es de 15.76 por cada 100 mil recién nacidos vivos.
“No tengo palabras para agradecer al personal de salud por su compromiso y amor hacia mí y mi bebé. Gracias a ellos, muy pronto podré tenerlo entre mis brazos y darle una oportunidad de vida desde antes de nacer. Esta cirugía no solo cambió el futuro de mi hijo, sino el de toda nuestra familia”, expresó Michelle, la paciente intervenida.
El cirujano en jefe enfatizó la importancia del adecuado seguimiento prenatal para prevenir o reducir la incidencia de esta condición. Factores como la suplementación con ácido fólico, un estilo de vida saludable y estudios de ultrasonido oportunos son clave para la detección temprana de alteraciones fetales. Se recomienda la realización de ultrasonidos desde la semana 9, tamizajes entre las semanas 11 y 14, y un ultrasonido estructural entre las semanas 20 y 24 para identificar el nivel del defecto con mayor precisión.
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