Aunque México es uno de los países más avanzados del mundo en legislación sobre salud sexual y reproductiva, todavía hay una brecha que separa lo que el marco legal indica y la práctica clínica diaria sobre anticoncepción, prevención de embarazo en adolescentes; prevención de enfermedades de transmisión sexual e interrupción legal del embarazo.
Para cerrar esa brecha, es indispensable llevar a la sociedad más información, adecuada a los diferentes grupos de edad. Así lo observa la Fundación Marie Stopes International o Fundación MSI México, que es una asociación civil sin fines de lucro presente en México desde hace 25 años con programas sociales, clínicas y servicios de atención a la salud sexual y reproductiva de mujeres y hombres.
“México es uno de los países firmantes, por excelencia, de todos los tratados internacionales a favor del bienestar de sus ciudadanos. Pero del dicho al hecho hay un montón de trecho. Y este trecho, pensamos que se puede hacer más corto con información precisa, real, libre de tintes tendenciosos, para uno u otro lado. Nosotros brindamos información y que cada quién tome la decisión, de acuerdo con su historia, a su vida, a su presente”, dice para los lectores de Salud primero la Coordinadora de Vinculación y Difusión de la Fundación MSI, Claudia Morales Escobar.
En México la Constitución, la Ley General de Salud y una Norma Oficial garantizan el derecho de las mujeres y los hombres a decidir si quieren o no tener hijos, y si lo desean, decidir cuántos y en qué momento. El marco legal también permite que jóvenes desde los 10 años de edad puedan acudir solos a los servicios de salud pública para solicitar información sobre anticoncepción y métodos anticonceptivos; además de que hay 14 entidades de la República que autorizan la interrupción legal del embarazo.
En contraste con esos avances jurídicos, en este país, en 2021 ocurrieron 147 mil 279 nacimientos en adolescentes de 15 a 19 años, y en niñas menores de 15 años, según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI). La alta tasa de embarazo adolescente coloca a México en primer lugar en ocurrencia de embarazos en mujeres de 15 a 19 años dentro de los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).
Entre las consecuencias de un embarazo no deseado en adolescentes se encuentran el aborto ilegal y el aumento de la mortalidad materna; asimismo, reduce oportunidades educativas en las mujeres, lo que genera condiciones precarias de empleo y salarios, las expone a sufrir violencia por parte de sus parejas y a ser vulnerables a una mayor dependencia en general.
Mucho de este sufrimiento se podría evitar mediante información adecuada y oportuna, reitera la Fundación MSI.
“No podemos desconocer lo que hemos ganado, pero tampoco podemos sentarnos a esperar que, como ya se ganó legalmente, esto va a caminar solito”, dice Claudia Morales.
Servicios clínicos de salud
La fundación Marie Stopes o Fundación MSI nació hace 50 años en el Reino Unido, para ofrecer a la sociedad métodos de anticoncepción segura e interrupción del embarazo seguro. Después ha crecido hasta tener presencia en 37 países, de los cuales sólo Bolivia y México son latinoamericanos.
En México la Fundación ha trabajado desde hace 25 años y cuenta con 25 clínicas en 7 ciudades: San Cristóbal de las Casas, Chiapas; Ciudad de México, Oaxaca, Oaxaca; Cancún, Quintana Roo; Saltillo, Coahuila; Tijuana, Baja California, y Veracruz, Veracruz.
MSI tienen dos ejes fundamentales de trabajo: A) Brindar servicios de salud sexual y reproductiva, y B) Programas sociales.
El primer eje se cumple a través de la red de clínicas, de acuerdo con la legislación vigente en cada localidad. Los seis principales servicios que se ofrecen en esos espacios son: 1) Detección de Enfermedades de Transmisión Sexual (ETS); 2) Estudios de Papanicolau y Colposcopía; 3) Asesoría y consejería de salud menstrual; 4) Colocación de dispositivos anticonceptivos femeninos; 5) Realización de vasectomías y 6) Interrupción legal de embarazo.
Como parte de este trabajo clínico, Fundación MSI ofrece actualmente y hasta el mes de diciembre la colocación gratuita, para mujeres de entre 15 y 22 años, de implantes subdérmicos anticonceptivos, que son un dispositivo del tamaño de un cerillo, que se coloca en la clínica debajo de la piel y libera hormonas que protegen contra embarazos durante tres -si se coloca un implante– o cinco años –cuando se ponen dos implantes–.
“Una joven o un adolescente que se acerca a preguntar por estas opciones está siendo muy responsable; porque quiere ejercer su sexualidad de manera responsable, Por eso se crean espacios donde no sean juzgados y se les ofrece el implante subdérmico porque así no tienen que regresar a una revisión, cuando no lo pueden hacer por economía, límite de tiempo o la dinámica de la escuela. Ahorita estamos poniendo el foco en mujeres migrantes, de cualquier edad, y en adolescencias y juventudes desde los 15 a los 22 años, en los estados de la República”, indica a este medio Claudia Morales.
Programas sociales
A lo largo de dos décadas y media, la Fundación Marie Stopes ha dedicado miles de horas de trabajo a la educación sexual y reproductiva en México. Su segundo gran eje de acción, llamado Programas sociales, incluye interacciones y transmisión de información adecuada a diferentes grupos de la población, así como algunos programas de apoyo financiero para ciertos grupos vulnerables:
Su programa parteras crea una red de aliadas para auxiliar a un parto seguro, pero también para informar sobre métodos anticonceptivos a las comunidades rurales e indígenas donde trabajan. El programa Educación para todes, comenzó trabajando con adolescentes, pero ahora ha ampliado su rango de acción para educar también a padres de familia, profesores, médicos, adultos de la tercera edad y autoridades de gobierno.
A través de frases didácticas como: “Tu cuerpo, tu decisión. Tu presente construye tu futuro”, MSI comunica sus principios éticos al trabajar con los diferentes grupos de la población.
“Nosotros no trabajamos la prevención, sino la provención de información que se convierta en acción. Es decir; esta información que atraviesa el cuerpo y, entonces, en el momento que la necesites utilizar se acciona: ya sea en un encuentro erótico, al ayudarte a decir ‘Sí y sólo si usamos condón’. O, frente a un embarazo no planeado, que la persona diga: ‘Bueno, puedo decidir; tengo la información de que tengo el derecho, de que puedo decidir si sí continuar o no y debe ser respetada mi decisión’. Y que toda esta información la pueda accionar cuando lo necesite”, dice a Salud primero la Coordinadora de Vinculación y Difusión de la Fundación Marie Stopes, Claudia Morales Escobar.
Gracias a este trabajo de información, conversación e intercambio de información, La Fundación Marie Stopes ha identificado que en las comunidades rurales de México, el método anticonceptivo femenino que más se solicita es la inyección, posiblemente por su discreción y para evitar conflictos intrafamiliares y violencia. Entre mujeres migrantes que viajan a través de México, la opción anticonceptiva más solicitada es un implante subcutáneo que ofrece protección desde tres hasta cinco años.
También han documentado que, a pesar de que en 14 estados de la República mexicana ya es un derecho la interrupción del embarazo y existen clínicas certificadas para hacerlo de forma segura, la mayoría de los ciudadanos no conoce esto. Además, para quienes tienen la información y quisieran ejercer su derecho, son muy pocos los programas de subsidios sociales y públicos para atender con seguridad a mujeres que solicitan interrupción del embarazo pero no cuentan con los recursos económicos necesarios por ser son menores de edad o víctimas de violación.
Parte de los programas sociales de Marie Stopes consiste en realizar alianzas para poder subsidiar a las pacientes más vulnerables y con menos recursos, como todas las niñas menores de 19 años, mujeres que viven en pobreza extrema o que fueron violentadas sexualmente. Para financiar su apoyo se han creado alianzas con instituciones como el Instituto de la Juventud, en la Ciudad de México; la organización Médicos sin fronteras; autoridades en Tijuana y empresas que apoyan a su personal con subsidio a servicios de salud sexual y reproductiva.
Prospectiva
Desde que nacemos, hasta que morimos, somos seres sexuados. Desde la infancia hasta la vejez, la sexualidad es un componente integral de la salud. Sin embargo, en México falta mucha información biológica, psicológica y social sobre la sexualidad. Esto favorece la persistencia de enfermedades de transmisión sexual (ETS); embarazos de menores de edad; interrupciones de embarazo clandestinas y pérdida de vidas.
Más allá de un acto erótico-coital, ejercer la sexualidad es un derecho que ocurre al hablar, vestirse, relacionarse con el cuerpo propio y con los cuerpos de los demás.
Desde la perspectiva de la Fundación Marie Stopes, en el futuro la labor de educación sobre salud sexual y reproductiva seguirá siendo prioritaria para mantener la salud integral de los mexicanos, pues todavía falta que muchos potenciales educadores se acerquen al tema: desde padres de familia, profesores y médicos, hasta otras autoridades tomadoras de decisiones.
“Sigue siendo fundamental la educación. Como sociedad no nos toca juzgar las decisiones sobre salud sexual y reproductiva de otras personas, sino acompañar a las mujeres y hombres con su decisión para que no pongan en riego su vida y fertilidad. Nosotros trabajamos para entregar información libre de estigmas”, indica la Coordinadora de Vinculación y Difusión de la Fundación MSI, Claudia Morales Escobar.
“Falta mucho trabajo y hay que recordar que despenalizar un servicio de salud no equivale a hacer accesible ese servicio. Es por eso que todavía hay mucho por hacer”, concluyó
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