En temas de educación en general, enfrentamos cada día nuevos retos, desafíos. Hablando de educación sexual, aún más, pues a lo que antes funcionaba como primeras y únicas explicaciones (aunque no siempre fueran las correctas), hoy se suman internet, redes sociales y el acceso universal a una información que no siempre se basa en la ciencia o carece de contexto.
El doctor David Barrios Martínez, sexólogo, psicoterapeuta y defensor incansable de los derechos a una sexualidad plena, platicó con Niñas 4.0 sobre cómo el desarrollo sexual infantil ha cambiado y ahora a más tempranas edades las niñas y los niños hacen las “temidas” preguntas: Desde cómo nacen los niños, hasta noviazgos, enamoramientos, uso del condón, etcétera, pero, ¿qué tan preparados estamos mamás, papás, docentes, para responder a estos cuestionamientos?
“Hay que partir de hablar siempre con la verdad, no nos sonrojemos, o nos asustemos ante los cuestionamientos de los niños y niñas; hay que responderles con claridad, naturalidad, y cuando no hay una respuesta, vayamos a aprender juntos de libros, talleres, cursos. A menudo damos por hecho que las niñas y los niños adquirirán información por su cuenta, a través de internet o de sus amigos o amigas, y solemos tener la actitud pasiva de mejor no intervenir o pensar ‘ojalá no se le ocurra preguntar’, cuando lo adecuado es tener una preparación previa para responder las preguntas que tarde o temprano llegarán; es decir, documentemos nuestra propia información”.
Y es que, explica el también autor de “Las Alas del Placer”, si postergamos una respuesta o contestamos con evasivas, l@s niñ@s se quedan con la idea de que preguntaron algo malo, que debe ocultarse o de lo que no se debe hablar. “La revolución de Internet ha traído consigo información a niñ@s cada vez más pequeñ@s, pero estos datos les llegan no siempre de una manera adecuada, o con el contexto correcto, desde el punto de vista humanista, y ahí la variable importantísima que nos permite prever problemas es la educación sexual formal: Siempre el humanismo y la ciencia serán un antídoto formidable para que, acorde con la edad y la etapa del niñ@, la información sea puntual, didáctica, sencilla y dote de recursos que atiendan demandas y requerimientos de las infancias”.
En un México diverso, donde caben todas las creencias, religiones, por un lado, y por otro, el conocimiento científico, es importante, advierte el especialista, no basar las explicaciones sobre sexualidad en intereses propios o particulares.
“Se puede empezar a dar información sobre sexualidad desde la casa, desde la escuela, desde los diferentes ámbitos donde niños y niñas se desarrollan. Hoy, ante los nuevos retos, hay que hablar sobre el tema con sencillez, de manera didáctica, con ciencia, con humanismo, acorde con la etapa de la vida y al contexto de las infancias, porque no es lo mismo hablar con una niña que vive en la Ciudad de México, que con una que vive en Zongolica, Veracruz o en la Sierra Norte de Puebla. Así como solemos hablar de diversos Méxicos, dependiendo de variantes geográficas, socioeconómicas, sociopolíticas, medio ambientales, así no hay homogeneidad en nuestras infancias. En cualquier caso, nunca se debe negar el derecho a la información que los niños y las niñas tienen”.
Hablar sobre menstruación, sobre homosexualidad, sobre placer, todo lo relacionado con educación sexual, se puede hacer bajo principalmente tres elementos, que destaca David Barrios:
La naturalidad: “Si bien es cierto que somos seres sociales, el ser naturales, llanos, precisos en la información que damos y en la actitud que asumimos, hace una diferencia importante. Si nos azoramos, o sonrojamos, a la niña o niño se le induce la idea de ‘estoy tocando un tema tan terrible, que hasta mamá y/o papá no me pueden decir nada’.
Actualización: “La ciencia avanza de manera vertiginosa, los aportes contemporáneos a los descubrimientos son notables día a día, y muchas veces nos quedamos con preceptos que en nuestras propias infancias aprendimos, o que tuvimos que averiguar por nuestra cuenta. Pero hoy, el campo de la diversidad sexual, nos obliga como mamás, papás, docentes a actualizarnos para ofrecer respuestas puntuales a las infancias”.
El tercer elemento, es la capacidad de asombro. “Debemos estar preparados para cualquier clase de pregunta, sean niños, o niñas muy pequeñ@s, o bien que estén entrando en la adolescencia. Hay que fomentar esa curiosidad y no apagarla, superar prejuicios y estereotipos, ir develando realidades para educar en ejercer el derecho a una sexualidad plena y sana”.
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