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Volver a la escuela… Que hoy hablen los niños y las niñas

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Escrito por Olimpia Velasco

Qué nos da miedo del regreso a clases?

Volver a la escuela…. Que hoy hablen los niños y las niñas. Vaya este texto y los que siguen en esta serie de Salud Primero, para construir, discutir, escuchar a nuestr@s niñ@s. Qué nos da miedo del regreso a clases presencial? No es fácil, pero es necesaria la reflexión. Mi experiencia personal, una niña de 6 años que quiso regresar, “a jugar con mis amigos”, dice ella, a volver “a una escuela que me espera”. Tenemos miedo… pero qué vamos a hacer con él…

Aquel 20 de marzo de 2020 sabíamos que algo grave pasaba. No había certezas, no había explicaciones suficientes, suponíamos que el cierre de las escuelas tardaría más de las tres semanas que las autoridades decían, pero nunca imaginamos que pasaría más de año y medio con las aulas cerradas.

Nos alcanzó en México la pandemia de Covid-19. Llegó para quedarse junto con el miedo a enfermar, o de que alguien en nuestra familia se contagie y no podamos acompañarle, en el mejor de los casos, a llevar la enfermedad en un hospital; en el peor, a tomarle la mano antes de la despedida.

Pero l@s niñ@s entendían menos. Dejar de ver a sus compañer@s, de ir al parque. “Al menos deja que me vengan a visitar”, decía una Valentina frustrada por el encierro, enojada, asomada a la ventana sin entender “eso del conoravirus”. Haciendo preguntas, una niña de 5 años que no comprendía por qué la cotidianidad como la conocía de pronto se había reducido a paredes. 

Así iniciaron las “clases en línea”, con familias, en su mayoría mamás, abrumadas por resolver trabajar desde casa, por mantener a los niños y niñas frente a una computadora, intentando desesperadamente que pusieran atención a sus maestros y que siguieran sus clases escolares desde casa.

En algunos casos se logró un poco, pero este año y medio, y más, ha dejado a millones de niñ@s de preescolar y educación básica sin escuela. L@s adult@s responsables de ell@s no pudieron quedarse en casa, dejar de trabajar, y han tenido que llevarles con ell@s a sus labores en comercio diverso; también hay quienes no cuentan con una computadora o un dispositivo desde el cual tomar sus clases y, en muchos casos, el programa Aprende en Casa simplemente no ha sido suficiente. En más de un hogar, hay un@ niñ@ que no sabe qué hacer “para decirle a la maestra que no entendí”, o “que no pude tomar la nota completa”.

Y es que el mundo se vio obligado a pausar, pero ¿qué pasa con quienes si no trabajan no pueden poner comida en la mesa?

Esta pandemia también evidenció, aún más, carencias, necesidades, falta de apoyos; incrementó la violencia intrafamiliar, los abusos y el maltrato, principalmente, en contra de mujeres y niños.

Ayer escuché un capítulo de una serie de podcast que mi querida Cynthia Rodríguez me compartió, un trabajo impecable de Gato Pardo, donde maestras y alumnos narran lo que han sido las clases a distancia: El abandono de algun@s niñ@s, el cansancio de mamás solas que no les queda más que seguir para sobrevivir; la angustia de l@s profesor@s que no están familiarizados con las nuevas tecnologías o que no cuentan con ellas, igual que millones de niñ@s mexican@s.

Así nos tomó la pandemia y así nos tiene, en un México diverso, desigual, que ya enfrentaba otras pandemias, como la obesidad y la diabetes. El nada honroso primer lugar en niñ@s con obesidad, derivada de la mala alimentación.

La pregunta hoy es ¿qué pasará con esos millones de niños que se vieron obligados a dejar la escuela?, ¿qué con el otro porcentaje que no acudirá a las aulas a partir de hoy porque su papá o su mamá tienen miedo?… un miedo legítimo, por supuesto, a que se contagien. Pero ¿qué pasará si, en promedio, la mitad acudirá a clases presenciales y la mitad no?, ¿cómo regresará después esa mitad que no? Porque estamos claros en que la distancia nunca permitirá a l@s niñ@s aprender igual. La socialización, además, es fundamental para su salud mental y emocional. 

L@s adult@s debemos tomar la decisión, es cierto, de si llevamos o no a l@s niñ@s a las escuelas que hoy abren sus puertas en México, después de año y medio. Pero, ¿les hemos escuchado?, ¿les hemos preguntado cómo se sienten?, ¿les miramos? No es fácil, menos en una casa donde hay carencias de lo esencial, pero ahí sí hay un punto que conecta a las diferentes familias: el derecho a la educación. Ejercerlo o no en este contexto no es fácil, pero ¿qué piensan los niños?

La Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad de México (CDHCM) ha realizado dos consultas entre niños de 6 y 17 años: Infancias Encerradas y Caminito de la Escuela, en las que preguntó a niñ@s del país sobre sus sentimientos, y sus respuestas coincidieron en que están tristes y, por otro lado, el 60% respondió que quiere volver a clases presenciales.

En mi experiencia particular, mi hija ha regresado a la escuela con entusiasmo desbordado. Con 6 años, sabe que estamos en semáforo naranja, que debe cuidarse, sabe que usar el cubrebocas es una responsabilidad personal de cuidado y de cuidado hacia los demás. Hay “cosas raras” como no compartir lunch, aunque a veces se le antoje mucho lo que lleva su amiga Fátima. Pero está consciente de que si no respeta las medidas de sana distancia, no habrá parque pronto y, otra vez, no habrá escuela.

Nunca la había visto ir a la cama a dormir con tal disciplina, ni levantarse diciendo: “Apúrate mamá que la escuela me espera…”.

Y yo aprehensiva, sí, pero poniendo todo lo que puedo de mi parte para que además de la escuela, le espere una vida mejor, a pesar de todo, una vida en la que sabe cuidarse. Que dentro de lo terriblemente duro de esta etapa, entendamos que hay una parte que sí depende de nosotr@s. Dar contención, ofrecer un hogar amoroso, hacer niñ@s compasiv@s, amables, empátic@s, niñ@s escuchad@s.  

Por muchas razones y por diversos motivos, esta pandemia nos ha dejado el corazón un poco roto, pero queda a l@s adult@s acompañar a es@s niñ@s hoy a la escuela con la confianza, o con el deseo infinito de que mañana, todo irá un poquito mejor…

Acerca del autor

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Olimpia Velasco

Fue coordinadora editorial en El Universal. Colaboradora en Canal 22, con reportajes especiales. Fundó y dirigió en su primera etapa el portal SuMédico. Fue responsable de contenidos y conductora del programa SuMédico Radio, en el grupo MVS. Directora Ejecutiva de Factor 4, Comunicación. Agencia PR y Prensa.

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