Sexualidad

En VIH-Sida, comunidades marcan la diferencia

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Escrito por Leonardo Bastida

Día Mundial de la Lucha contra el Sida

Con un llamado a reconocer la labor de aquellas organizaciones de la sociedad civil que han contribuido a hacer frente a la pandemia del VIH y el sida, el Programa Conjunto de las Naciones Unidas para el VIH/sida (Onusida) pide a los gobiernos, autoridades de salud y a todos aquellos agentes involucrados en dar respuesta a la situación a impulsar y apoyar el trabajo de las agrupaciones comunitarias.

Mediante una infografía, realizada a propósito del 1 de diciembre, Día Mundial de Respuesta al VIH, Onusida comparte que ha sido gracias a las organizaciones que las estrategias de prevención y tratamiento han llegado a las personas con VIH, las adolescentes y los jóvenes, los hombres gays y los hombres que tienen sexo con otros hombres, las personas transgénero, a quienes ejercen el trabajo sexual o consumen drogas.

Entre sus aportaciones ha estado la promoción de la prevención del VIH, la facilitación de pruebas, el apoyo a hombres para acceder a servicios sanitarios, ayudar a las mujeres embarazadas que viven con VIH a dar a luz a niños libres del virus, llevar tratamiento antirretroviral de puerta en puerta, apoyar a la adherencia al tratamiento a las personas que viven con VIH y a monitorear el abastecimiento de medicamentos y la calidad de los servicios, promueven los derechos humanos y el empoderamiento de las personas

Al respecto, la Sociedad Internacional sobre Sida (IAS por sus siglas en inglés) dedicó un número especial de su publicación científica mensual a compartir investigaciones científicas en las que la sociedad civil ha tenido un papel primordial como en la implementación de la profilaxis pre exposición en Francia, la promoción de las pruebas de VIH caseras en Vietnam o el África sub sahariana, o la adherencia a tratamientos antirretrovirales en países como Zimbawe, Malawi y Zambia.

En el caso de México, en el marco de la ceremonia de conmemoración de la efeméride, Héctor Corral, vocal del Consejo Nacional para la Prevención y el Control del VIH/sida, recordó que desde hace un año se quito el apoyo, por parte de las autoridades gubernamentales, a las organizaciones con trabajo en prevención de la infección a pesar de otorgar resultados como que 32.8 por ciento de los nuevos casos de VIH detectados durante 2018 fueron localizados en centros comunitarios administrados por organizaciones, mientras que sólo 17.8 por ciento fueron registrados en centros de salud enfocados a la atención del VIH.

Asimismo, indicó que las organizaciones han ayudado a brindar atención y apoyo a las personas migrantes en materia de salud sexual y reproductiva, a implementar un programa nacional de hepatitis y a construir estrategias para fenómenos como el chemsex (consumo de drogas y sexo).

Una ayuda muy necesaria, ante hechos como que en lo que va de este año se han registrado más de 13 mil nuevos casos de VIH o sida.

Desde los comienzos de la pandemia, en 1981, cuando se documentaron los primeros casos en Los Ángeles y Nueva York, la respuesta de muchas organizaciones ha sido fundamental para que necesidades como el que una persona con VIH pudiera ser atendida en un hospital de manera digna; acceder a medicamentos; crear unidades especiales de atención; implementar campañas de prevención; comprar y distribuir condones entre la población; promover la educación sexual; garantizar la atención a mujeres embarazadas con VIH, y muchos otros avances, sean una realidad.

En su edición de esta semana, la revista británica The Lancet señala que hay dos grandes retos en materia de VIH, continuar incidiendo en la erradicación del estigma y la discriminación hacia las personas con VIH y buscar estrategias para que aquellas personas que viven con VIH, no sólo sobrevivan a la infección, sino que lo hagan de manera digna y garantizándoles un bienestar integral, que vaya más allá de la supresión del virus en sus cuerpos.

Sin lugar a dudas, en ambos casos, las organizaciones buscarán dar respuestas. Lo que queda es que los gobiernos se sumen al llamado internacional e inviertan en las organizaciones comunitarias, pues  hacerlo significa revalorizarlo ya que suelen construir nuevos liderazgos, se generan redes de apoyo, se diseñan programas sostenibles y el dinero llega a donde hay mayores necesidades.

Acerca del autor

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Leonardo Bastida

@leonardobastida

Tejedor de historias y cronista de las realidades desde hace más de una década. Etnohistoriador de formación, apasionado por el cine, la literatura y las buenas charlas, investigo y documento vulneraciones a derechos humanos por cuestiones de género, diversidad sexual, VIH/Sida, entre otras causales. Por investigaciones periodísticas sobre tecnología mexicana aplicada al tratamiento del VIH y la ruta seguida por las mujeres del Estado de México para lograr la declaratoria de la alerta de género, obtuve los premios Nacional de Periodismo, otorgado por el Club de Periodistas, y el José Pagés Llergo.

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