A punto de una legislación que busca reformar los artículos 235 y 247 de la Ley General de Salud para que se autorice el uso médico y científico de la marihuana, en la que se deberá contemplar la regulación de todo el proceso desde la siembra, cultivo, cosecha, posesión, distribución y comercialización del cannabis en nuestro país, se iniciará en el Congreso el debate para dar curso a la legalización del cannabis.
En medio de la discusión, desinformación, mitos y cuestionamientos sobre si la marihuana tiene o no beneficios medicinales, qué regular y cómo, Salud Primero platicó con la doctora Raquel Peyraube, impulsora de la legalización del cannabis en Uruguay, primer país en el mundo en regular su uso medicinal y científico.
-¿Desde su punto de vista con el aprendizaje y resultados de su país, y la asesoría en otros, México está listo para dar el paso a la legalidad?
-A mí siempre me enojó mucho esta pregunta de estar listo porque hay como una tendencia a subestimarnos como latinoamericanos; parece que hay que ser europeo para estar listo, y eso no es cierto. Qué se supone que es estar listo, cuándo un pueblo está listo, quién dice que un pueblo está listo. No sé si América Latina está lista o no. Lo que sí sé es que lo necesita para bajar sus niveles de corrupción y violencia, y de eso no me cabe ninguna duda.
-¿En México hay muchos mitos, desinformación y una fuerte crítica sobre el tema sobre todo por la relación de la planta con la adicción y el narcotráfico, cómo percibe este escenario?
-Hay muchos mitos en todo el mundo. Y los mitos, ojo no son en contra, también son a favor. Por ejemplo hay mucha gente que dice que cura el cáncer. Esto no es cierto, es antitumoral y no quiere decir que cure el cáncer. El derecho de acceso a la información es una responsabilidad política y ética de todos pero sobre todo es un derecho de la población a acceder a la mejor calidad de información para tomar buenas decisiones, y en esto hay mucho mito a favor y en contra.
¿Qué le puede aprender México al modelo regulatorio del cannabis en Uruguay?
-Todos los modelos no son perfectos, son perfectibles. Lo importante es cuales son las fortalezas que les daremos a los modelos. Quienes hacen las leyes centran las fortalezas en la restricción, en el excesivo control en dificultar el acceso. Esta es una de las cosas que me gustaría que México aprendiera de Uruguay. Uruguay, tiene una excelente ley sin embargo, su implementación ha sido muy polémica porque ninguna ley cambia una cultura, eso requiere tiempo. La burocracia uruguaya ha ido aprendiendo de manera muy lenta cuidando más sus cargos que a la población.
-¿Cuál fue la base del modelo uruguayo para legalizar el cannabis?
-Es un modelo integral, esto quiere decir que se legalizaron todos los usos del cannabis a nivel nacional; medicinal, industrial y el uso adulto, mal llamado desde mi punto de vista recreativo. Se construyó en base tres pilares: seguridad, salud pública y derechos humanos. Con estas características se identifican y separan los tres tipos de usos, a diferencia de Canadá por ejemplo, que los tiene mezclados. Naciones Unidas sugiere una regulación con una perspectiva de salud pública y en el caso de Uruguay, fuimos reconocidos por establecer esta separación.
Nuestro país ha diferenciado claramente que el uso medicinal debe ser regulado como cualquier otro medicamento, y no hacer excepción porque con la misma planta con la que puedo tener un viaje, es la que misma que me calma el dolor. Y no es así, no se hace de la misma manera y el producto no debe ser el mismo. Una cosa es que el principio activo pueda ser el mismo y otra cosa es que el producto sea el mismo.
¿Cómo fue el proceso de legalización en Uruguay?
-Cuando Uruguay empezó la campaña de la legalización, todo el mundo estaba en contra. Solamente un 29 % de la población, estaba a favor del uso medicinal. Esta cifra en el mundo ya no existe. Siempre se parte de un umbral más alto. En cuanto al uso adulto era totalmente en contra.
-¿A seis años ya de haber emprendido la legalización, cuáles son los resultados que usted ve en su país?
-Uno de los resultados que hemos tenido y creo que tiene que ver con nuestro modelo regulatorio, es que hoy por hoy, la mayor parte de la población está de acuerdo. No ocurrió nada de lo que se vaticinó con la futurología catastrófica, de que se iban a asaltar los establecimientos donde se vendiera cannabis, nada de eso ocurrió.
-¿Aumentó el consumo?
-Sí, un poco aumentó el consumo para uso adulto, pero curiosamente en Uruguay este aumento fue menor comparado con otros países prohibicionistas como Brasil y Argentina, y que otros países europeos.
-¿La legalización del cannabis favoreció en Uruguay una disminución de la criminalidad?
-Uruguay vive en paz, los niveles de violencia y de inseguridad que teníamos no son diferentes y en algunas zonas han bajado. Ha disminuido la criminalidad en las zonas donde existen clubes, autocultivo o se vende cannabis. Como un dato interesante, quien está a cargo del Ministerio del Interior de Uruguay, y que al inicio estaba en contra de la regulación, a casi seis años, ahora está a favor de regular todas las drogas. Por lo bien que ha resultado y por el proceso pacífico en que se ha dado.
-¿Es el modelo a seguir?
-Hay cosas por mejorar, no hay duda, es un modelo perfectible. Recientemente se publicó un estudio de la Academia de Reino Unido, se realizó un trabajo que analizó 27 variables de los modelos regulatorios en el mundo. El mejor modelo regulatorio fue el de Uruguay, y el peor el de Colorado, en Estados Unidos.
Cuando Uruguay legalizó la marihuana hace seis años, no tenía un mercado clandestino medicinal. A medida que progresó la ley y se difundió información, la gente salió buscar los productos para aliviar a sus seres queridos o a ellos mismos, pero no había mercancía por el endurecimiento de salud pública del Ministerio que no iba a la par con la implementación de la ley, detalló la investigadora en medicina cannabinoide.
-¿El aprendizaje está en cómo debe darse la implementación de la regulación?
-Es un factor trascendente para el éxito del modelo. No basta con que sea un buen modelo debe de haber una implementación del mismo. Paradójicamente en Uruguay, país que legalizó por la ineptitud e ineficacia en esta implementación, y que está siendo corregida, le llevó tiempo darse cuenta de este error y se generó un mercado clandestino de cannabis que no se tenía.
Y esto ha ido pasando en todos los países porque la gente ya sabe que tiene una oportunidad de alivio con estos productos. Esto tiene riesgos desde la política, pública, salud pública e individual porque no son productos de calidad no están controlados, están contaminados o adulterados.
Van desde la estafa en donde solamente tienen aceite de oliva hasta otros que tienen dosis excesivas de THC por ejemplo, el componente psicoactivo, psicotomimético de la planta.
Para la asesora de gobiernos europeos en materia de legalización de drogas, el aprendizaje es que se debe contar con una buena accesibilidad y aunque aclaró que esto no significa “vamos todos a consumir”. Enfatizó en la importancia de que las personas que la requieran deben poder acceder al medicamento con un sistema que sí controle pero que no obstaculice a los médicos que prescriban la receta ni a los pacientes para que no tengan dificultad de adquirir los productos, y de esta forma no acudan al mercado clandestino.
La especialista en uso problemático de drogas con formación en psiquiatría, señaló que esta dificultad se da en Israel y República Checa, y ahora en Canadá por un tema de precio.
Por ello, indica que la accesibilidad debe suponer que los precios sean razonables para toda la población.
En este sentido, Uruguay trabaja en un Formulario Terapéutico Nacional con los productos con base a cannabis y se haga justicia social. Si no fuera así el que tiene dinero compraría un buen producto y el que no compraría lo que le venden en el mercado clandestino.
La doctora Peyruabe, comentó a Salud Primero, que también es bueno aprender de los aciertos de Uruguay, porque dijo, la industria no domina la política, es la política la que domina a la industria, y esto es fundamental a la hora de implementar.
-¿El camino es con esta visión de salud pública y un control del Estado en todo el proceso para que se tenga éxito?
-La visión de salud pública sostenida en seguridad y derechos humanos para nosotros es el modelo. Y la visión de salud pública es que no sea la industria la que defina. El marco regulatorio obliga al cumplimiento. Los activistas están dispuestos a sacrificar la seguridad en la salud para que todos puedan cultivar y para uso personal, y no para abastecer el uso medicinal o el mercado de uso adulto. No, es así, debe pasar todos los controles de calidad. El gobierno es quien deberá decidir.
-¿Los beneficios del uso medicinal sin duda se centran en casos muy emblemáticos pero que tan comprobado está científicamente, por ejemplo para el Parkinson, algunos tipos de cáncer, casos de discapacidad, de epilepsia con cientos de convulsiones al día que no es el caso de muchos enfermos?
-Sobre la evidencia muchos políticos se escudan en que aún falta evidencia de alta calidad clínica, sin embargo es difícil de lograr esta evidencia porque tampoco se otorga fácilmente. Te exijo la evidencia por un lado pero no te ayudo a obtenerla, eso es perverso y esta dificultad se utiliza para llevar al debate de si hay que legalizar o no. Se tiene que legalizar porque ya no se pude soportar tanta violencia ligada a la ilegalidad de las drogas y como son sustancias de riesgo es preferible que la regulen los Estados y para mí no cabe discusión.
“Si el arsénico y el cianuro son legales que son los dos venenos que más matan en el mundo, cómo van a discutir que el cannabis no pueda ser lícito”.
“Si prescribimos medicamentos que tienen un nivel de neurotoxicidad escandaloso generando daño, muerte neuronal y los prescribimos, cómo es que se sigue sosteniendo en el cannabis”.
Enfatizó que el nivel de evidencia clínica muchas veces es difícil de proveer y se basa mucho en estudios abiertos y observaciones porque no se tienen los famosos ensayos clínicos, en tanta cantidad –están aumentado, subrayó-, que permitan un nivel de evidencia uno a uno.
Sin embargo, aclaró que muchos medicamentos que hoy están en el mercado no tienen el nivel de evidencia para su aceptación como tal en los gobiernos y autoridades de salud y prueba de ello es que algunos productos se tienen que retirar del mercado por su nivel de toxicidad a largo plazo y esto con cannabis es relativo no son adversos sus efectos, son de leves a moderados en su mayoría reversibles. Dependerá de un buen uso médico así como de un entrenamiento adecuado para el uso racional del medicamento.
Señaló que los niveles de eficacia conocidos y aceptados por la Academia de Ciencias de Estados Unidos, son el dolor crónico del adulto fundamentalmente, neuropático, las náuseas y vómito asociados a la quimioterapia, espasticidad de la esclerosis múltiple y la epilepsia. Sin embargo, en estas enfermedades se tiene nivel concluyente declarado por la Academia de Ciencias de Estados Unidos.
Existen otras patologías como las de coordinación y movimiento, enfermedad de Parkinson en donde de un 40 a 50 % de los pacientes, logran mejorías parciales.
En enfermedades de la piel como la psoriasis, digestiva de tipo inflamatorio también se tiene nivel de evidencia y ensayo clínico y los resultados les cambia la calidad de vida a las personas sustancialmente.
En el caso del cáncer no es solamente para paliar los efectos adversos de la quimioterapia, el cansancio, malestar, náuseas y vómitos, aumenta la eficacia de la quimioterapia porque los cannabinoides tienen fuerte acción antitumoral.
El autismo y el Alzheimer, se pueden lograr desde tratamientos sintomáticos hasta un potencial efecto inhibidor del desarrollo de esa proteína que genera el daño en el cerebro.
Hay muchas enfermedades en las que los niveles de evidencia no son escandalosos, sin embargo el razonamiento es que la gente buscará las alternativas de cura con o sin reglamentación, porque son enfermedades devastadoras que roban la calidad de vida y se acompañan de mucho sufrimiento, y la gente con desesperanza va a buscar la mejoría.
La doctora Raquel Peyraube, está en nuestro país para participar como ponente en el Primer Simposium Internacional de Medicina Cannabinoide que se llevará a cabo este jueves 5 y viernes 6 de septiembre en la Antigua Escuela de Medicina, en el Centro Histórico. Participan países como Estados Unidos, Alemania, Brasil, Uruguay, Chile, Israel y México.
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