La palabra ABORTO siempre provoca. Cada vez que se menciona, algo en cada uno de nosotros se mueve, simplemente porque atrás de ella, se encuentra la vida. Sin embargo, no es un asunto sólo de las mujeres o un asunto individual. Es un asunto de salud pública donde el Estado debería hacerse cargo regulando y garantizando un derecho a los embarazos no deseados.
Hace poco más de dos meses, el 8 de agosto del 2018, los ojos del mundo estaban atentos a lo que ocurría en Argentina, el país donde nació el movimiento “Ni una menos”, luego de decenas de manifestaciones a favor de despenalizar el aborto en esta nación.
Después de que se había logrado una votación favorable en la Cámara de Diputados, el ánimo y la esperanza de miles de mujeres estaban a flor de piel hasta que el Senado de Argentina, después de 16 horas de debate, terminó por rechazar la propuesta, ante la desilusión de un movimiento que lleva años luchando contra una imposición de creencias religiosas a toda una sociedad donde actualmente se cuentan cada año alrededor de 500 mil abortos clandestinos y donde en promedio mueren 50 mujeres, pues las complicaciones post aborto general unas 53 mil internaciones anuales, ocasionando que sea la primera causa de mortalidad materna.
En México, las cifras no son muy lejanas. En 2017, la Secretaría de Salud reportó que durante ese año, el aborto inseguro se mantuvo como la tercera causa de mortalidad materna.
Sólo en la Ciudad de México, desde hace 11 años, las mujeres son libres de interrumpir un embarazo antes de las 12 semanas de gestación, sin importar el motivo. Sin embargo, en el resto del país, aún son castigadas si abortan por decisión. Sólo se les absuelve si fueron violadas o si está en riesgo su salud o su vida.
Por tal motivo, hace tres semanas (el 28 de septiembre), un numeroso contigente de mujeres y hombres marcharon en la capital del País para exigir que todas las mexicanas cuenten con el derecho de abortar sin ser encarceladas.
Apenas este fin de semana, otro contingente de mujeres realizaron la “Octava Marcha de las Putas” en Puebla a favor del aborto y en contra de los feminicidios, otro problema gravísimo en nuestro país.
El debate en México, que está a unas semanas de cambiar gobierno, ha comenzado y todos los días se van sumando diversos actores políticos donde mayoritariamente han expresado su voluntad por despenalizar el aborto a pesar de los múltiples llamados de la Iglesia.
Y es que apenas el pasado 10 de octubre, en su audiencia general de los miércoles, el Papa Francisco condenó el aborto y recordó que no sólo no es un derecho, sino que incluso es un crimen.
“Es como contratar un sicario para resolver el problema”, dijo desde la Plaza San Pedro, en el Vaticano.
En la audiencia general, dedicada al Quinto Mandamiento “No Matarás”, insistió que “no es justo acabar con una vida humana para resolver un problema, no es justo acabar con la vida humana de un pequeño para solucionar un problema”.
No fue un caso que el Papa hablara sobre el aborto, pues su rechazo se producía en el marco de la conmemoración del 50 aniversario de la Encíclica “Humanae vitae” (De la vida humana) que publicara en 1968 el entonces Papa Pablo VI, quien el domingo pasado fue canonizado por el mismo Francisco.
En su momento, esta encíclica fue muy polémica, porque en el nombre de defender la vida, se opuso duramente al control de la natalidad y la libertad sexual en plena ola de difusión de los métodos anticonceptivos y abortivos.
Dicha encíclica, publicada hace 50 años, señala que el matrimonio cristiano es válido solo bajo los fundamentos de la unión, el amor, la fidelidad y la fecundidad. Por ello, el acto conyugal no puede separar los dos principios que lo rigen: el unitivo y el procreativo.
De esta forma, la Iglesia católica se opone a todo tipo de anticoncepción, sea cual sea su naturaleza. Aun así, cuando existen serios motivos, la encíclica propone como lícito el uso de los métodos naturales para espaciar temporalmente los nacimientos, limitando las relaciones conyugales a los períodos naturales de infertilidad de la esposa.
Esto es lo que defiende la Iglesia, tanto, que esta semana se dio a conocer una convocatoria de algunos obispos católicos en México para marchar el próximo 20 de octubre en el estado de Guerrero contra la despenalización del aborto y de la eutanasia.
Salvador Rangel, Obispo de la Diócesis de Chilpancingo-Chilapa, expuso que la manifestación saldrá a las 10:00 horas del parque Margarita Maza de Juárez al centro del estado.
La protesta, denominada Marcha por la Vida y la Paz, aglutinará a organizaciones civiles como el Frente Nacional por la Familia.
“Aquí en México, al ver también una gran tendencia de personas que están dentro de el Senado de la República, como personas que están también dentro de las diputaciones locales, una gran tendencia a aprobar el aborto y la eutanasia”, dijo en un video difundido en redes sociales.
LOS HECHOS
Pero volvamos a los números:
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, en todo el mundo se producen aproximadamente 25 millones de abortos peligrosos al año. Esto obviamente ocurre en los países en los que no está legalizado y en los que las mujeres tienen que acudir a la clandestinidad:
En 57 países, entre ellos todos los desarrollados, permiten el aborto sin restricciones de ningún tipo, basta solamente la voluntad de la mujer.
NADIE DIJO QUE ERA SIMPLE
El tema, se sabe, no es ni ha sido nunca simple. Principalmente porque los motivos que empujan a cualquier mujer a abortar son muy distintos.
Como hace unos días escribía la corresponsal mexicana en Buenos Aires, Cecilia González, a propósito del debate sobre el aborto en Argentina, “para discutir el aborto con seriedad no importa si yo aborté; si nunca quise abortar; si aborté y luego tuve hijos; si no quise ser madre nunca o si quise tener uno, tres, diez hijos”.
“Lo importante es conocer, hablar con las mujeres que, por múltiples razones (ninguna de las cuales nos corresponde juzgar) necesitan abortar o ya lo hicieron, pero con riesgo de morir y siendo criminalizadas. Y hablar de las que murieron por no tener acceso a un derecho”.
“No se trata de estar de acuerdo o no con el aborto, es un hecho, ocurre, las mujeres abortamos con ley o sin ley, lo que hay que decidir es si se está de acuerdo o no con que las mujeres sigamos abortando clandestinamente, con todos los riesgos que ello implica”.
¿QUÉ DICE EL PRÓXIMO GOBIERNO?
Olga Sánchez Cordero, ex ministra de la Suprema Corte de la Nación y futura secretaria de Gobernación con López Obrador, se posicionó en contra de que que las mujeres cumplan condena en México por abortar.
Durante una intervención en el Instituto Tecnológico de Monterrey el pasado 12 de octubre, Sánchez Cordero respondió a una persona del público que le exigió que se respetara el derecho a la vida por delante del de las mujeres a abortar. La ex jueza respondió de manera contundente.
“Por supuesto que vamos a respetar el derecho a la vida, ¿tú crees que a mí me gustan todos estos asesinatos? Tenemos 250 mil asesinatos”, comenzó exponiendo Cordero.
“¿Tú crees que a mí me parece lógico que tengamos a 40 mil desaparecidos y cada vez tengamos más fosas clandestinas con restos humanos, crees que es posible eso?”, dijo la futura secretaria de Gobernación.
“Aquí tengo mi pulserita que tiene siete nietos, por supuesto que yo no estoy a favor del aborto”, sentenció Cordero para después añadir: “Lo que no quiero, y mi vida va de por medio, es que a las mujeres las priven de la libertad durante 30 años”.
Y no ha sido la única.
Germán Martínez, ex panista y futuro director del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), hace unos días, en entrevista con el diario La Crónica, defendió la interrupción legal del embarazo y demandó no victimizar ni discriminar a las mujeres que lo realizan.
“Yo no tengo ningún inconveniente en que de manera legal se interrumpa el embarazo, (…) eso se debe respetar en la ley y no se debe discriminar ni victimizar a la mujer en el IMSS por interrumpir el embarazo”, estableció.
Presionado por varios sectores progresistas del país, la interrupción legal del aborto es un tema polémico que es impulsado por grupos de senadoras y diputadas aunque todavía no hay un consenso en las bancadas de Morena en ambas Cámaras del Congreso de la Unión, donde ese partido tiene la mayoría para aprobar una iniciativa en ese sentido.
RESISTENCIAS
En la actualidad, hay 17 entidades que protegen la vida desde la concepción en sus códigos penales, es decir, que no permiten la interrupción del embarazo en ninguna de sus modalidades : Baja California, Sonora, Chihuahua, Durango, Colima, Nayarit, Jalisco, Tamaulipas, San Luis Potosí, Guanajuato, Querétaro, Morelos, Puebla, Oaxaca, Chiapas, Yucatán y Quintana Roo.
En tanto que Nuevo León, Veracruz y Michoacán tienen la iniciativa pendiente en el congreso local desde 2014 el primero y los otros dos estados desde 2015, según datos del Grupo de Información en Reproducción Elegida (Gire).
Hasta el momento se han presentado dos iniciativas para despenalizar el aborto en todo el país. Una en el Senado por parte de PRD y otra en la Cámara de Diputados, vía Morena.
El pasado 2 de octubre, la senadora perredista María Leonor Noyola presentó una iniciativa de reforma constitucional para que las instituciones de salud del Estado mexicano atienda y brinden protección a las mujeres a fin de que puedan interrumpir su embarazo antes de las 12 semanas de gestación.
El problema es que se trata de una reforma constitucional que requiere la mayoría absoluta de los congresos en los estados y justamente ahí es donde se encuentra la mayor resistencia a este tema.
Por su parte, el 27 de septiembre, en el marco del Día de Acción Global por un Aborto Legal y Gratuito, diputadas de Morena anunciaron que impulsarán una iniciativa de ley para despenalizar la interrupción legal del embarazo en todo el país. Los legisladores dijeron tener en claro que la sociedad tiene una deuda con las mujeres al no respetar sus derechos como personas, pues la prohibición del aborto vulnera derechos fundamentales como el de la salud.
Las últimas declaraciones de la futura secretaria de Gobernación, incluso, las próximas manifestaciones por grupos católicos en contra, harían pensar que hoy en México hay un ambiente a favor de que el tema del aborto se discuta seriamente.
Estaremos a la espera.
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