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¿Tristeza o depresión?

La depresión ha sido calificada por organismos internacionales como una pandemia difícil de reconocer y por tanto de tratar. Y es que aún persiste el estigma sobre las enfermedades mentales, por lo que no admitirlas, retrasa el acudir por ayuda.

No es casualidad que el año pasado, la Organización Mundial de la Salud (OMS) haya centrado la conmemoración del Día Internacional de la Salud, en la depresión, como un problema de salud pública de alcances internacionales.

En México, de acuerdo con la misma OMS, la depresión ocupa el primer lugar de discapacidad para las mujeres y el noveno para los hombres. Además se estima que 9.2% de la población ha sufrido depresión, que una de cada cinco personas sufrirá depresión antes de los 75 años y que los jóvenes presentan tasas mayores.

Según la psicoterapeuta Cristy Cortinas (*), la depresión se caracteriza por episodios de angustia, apatía, sentimientos de desesperanza y tristeza pero, cuidado, porque la tristeza se confunde frecuentemente con depresión y viceversa. A decir de la especialista, la principal diferencia entre ambas es el tiempo que duran, pues mientras la tristeza está presente unos días, la depresión puede mantener estos síntomas hasta seis meses o más.

“Se debe reconocer que la depresión forma parte de una psicopatología o de un trastorno mental, y requiere de apoyo psicológico, y la tristeza es una emoción humana y es normal sentirla,  llorar, pero ésta dura solo algunos días. Cuando ya hay incapacidad para seguir con la vida diaria, ya se habla de depresión.

“Es importante decir que en las dos se puede presentar incapacidad para seguir con la rutina, pero en la primera esto ocurre unos días, mientras que en la depresión pasan semanas o meses sin querer asistir a la escuela o al trabajo; o no tener ánimo para hacer cosas simples como bañarse”.

Otro punto a considerar, es que en la tristeza sí se recuerda el hecho que la provoca, que puede ser una ruptura, o el final de algo, pero en la depresión ya no se alcanza a identificar claramente. La mayoría de las personas, afirma Cristy Cortinas, cree que solamente cuando tiene un problema que le rebasa es cuando se debe acudir a terapia, cuando ya no se encuentra la salida. Sin embargo, la primera razón y la más importante, es que la terapia debe ser preventiva y se aplica para conocerse a uno mismo, para saber por qué reaccionamos como lo hacemos ante diferentes situaciones, esto impacta en las relaciones interpersonales, en la manera de percibir la vida y sobre todo en uno mismo, porque al conocernos tomamos mejores decisiones y tenemos la capacidad de elevar nuestra autoestima”.

Cabe mencionar que cuando la depresión es crónica es importante dar a pacientes espacio para validar sus sentimientos, y apoyarle para que acuda por acompañamiento psicológico, pero si ni con este tipo de terapia hay resultados, “lo recomendable es hablarlo para saber por qué se detiene el proceso, y hay que ver qué tareas el paciente no está siguiendo para lograr que la terapia funcione.  Muchas veces es resistencia, evasión por miedo al cambio. Es entonces, indispensable hablarlo para saber qué ruta seguir o si se requiere de algún otro tratamiento”.

En opinión de la terapeuta es importante acudir a terapia también para adquirir orden mental y aprender a controlar o canalizar mejor nuestras emociones. “El orden mental lo podemos relacionar con los pensamientos que no controlamos, entonces hay que hacer conscientes esos pensamientos que generan ciertos sentimientos y provocar acciones; cuando tenemos pensamientos negativos u obsesivos, lo mejor es reconocerlos y meditar, cambiar de actividad, dejarlo pasar y seguir con acciones productivas. No olvidemos que entre más lo neguemos, más atraemos estos pensamientos que no queremos. Acudir a terapia da como resultado la mejoría adquirida para expresar emociones e incluso modificar hábitos. La terapia te da herramientas para manejar conflictos, te ayuda a cambiar creencias limitantes, y a vivir en armonía personal”, concluye la psicoterapeuta Cristy Cortinas.

Desde el ámbito individual, algunas recomendaciones de la OMS para hacer frente a la depresión, son:

  • Hable de sus sentimientos con alguien de su confianza. La mayoría de las personas se sienten mejor tras hablar con alguien que se preocupa por ellas.
  • Solicite ayuda profesional. Hablar con un profesional sanitario local o con su médico de cabecera es un buen punto de partida.
  • Recuerde que puede sentirse mejor si recibe la ayuda adecuada.
  • Siga realizando las actividades que le gustaban cuando se encontraba bien.
  • No se aísle. Mantenga el contacto con familiares y amigos.
  • Haga ejercicio regularmente, aunque se trate de un pequeño paseo.
  • Mantenga hábitos regulares de alimentación y sueño.
  • Acepte que puede tener depresión y ajuste sus expectativas. Tal vez no pueda llevar a cabo todo lo que solía hacer.
  • Evite o limite la ingesta de alcohol y absténgase de consumir drogas ilícitas, ya que estos productos pueden empeorar la depresión.
  • Si tiene pensamientos suicidas, pida ayuda a alguien inmediatamente.

(*) Cristy Cortinas es psicoterapeuta con especialidad en Terapia Individual, en Pareja y Familiar. Tiene estudios sobre violencia sexual, empoderamiento, derechos de la infancia, discapacidad y discriminación, así como resiliencia para una vida libre de violencia y perspectiva de género. 

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