Dos de los estímulos más frecuentes para buscar un estilo de vida más saludable son el sobrepeso y la obesidad porque cada vez es más conocido que estas dos condiciones suelen acompañarse de comorbilidades como diabetes o hipertensión.
En todo el mundo es frecuente que las personas busquen bajar de peso cuando inicia un nuevo año, pero se pueden cometer algunos errores que perjudiquen la salud en lugar de mejorarla, como indica la profesora Mariana Valdés Moreno, jefa de la Licenciatura de Nutriología de la Facultad de Estudios Superiores Zaragoza de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
La experta universitaria sugiere a las personas no arriesgarse a adoptar “dietas” que se difunden en las redes sociales donde se promueven remedios fáciles, “mágicos”, que prometen cambios drásticos sin el menor esfuerzo. En lugar de ello, recomienda acompañarse de nutriólogas y nutriólogos que ayuden a las personas interesadas a transformar conductas, aprender a comer de manera saludable y variar sus hábitos de forma sostenible.

Diagnóstico antes de empezar
Mariana Valdés Moreno sostiene que cuando alguien ha decidido alterar su alimentación es ideal que cuente con el acompañamiento de una persona profesional en Nutriología y, dependiendo de la complejidad de su caso, también revisión médica. Principalmente se recomienda este abordaje si se trata de alguien con una enfermedad crónica no transmisible, con o sin tratamiento.
“En ese sentido, es muy importante un primer acercamiento con un médico para saber cuál es el estado de salud al momento; si ya hay un diagnóstico y tratamiento, y evaluar posibles interacciones entre fármacos y nutrimentos. Es decir, que algún paciente esté tomando un medicamento cuya absorción o metabolismo se vea alterado por algún nutrimento que está más presente en cierto tipo de alimentos, es algo que, sin duda, el nutriólogo debe tener presente”, indicó.
En México, la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (Ensanut) 2020-2023, reportó que 18 por ciento de las personas adultas en el país registraban diabetes, pero una tercera parte desconocía su diagnóstico y solo 26 por ciento mantenía la enfermedad bajo control.
Además, 30 por ciento de la población adulta también presentaba hipertensión arterial y 43 por ciento carecía de conocimiento de su diagnóstico; solo 57 por ciento de las diagnosticadas y con tratamiento farmacológico mostraba valores de tensión arterial bajo control; y más de la mitad -52 por ciento- no realizaba ninguna medida no farmacológica, como dieta o ejercicio.

Recomienda abordaje integral
La académica de la FES-Zaragoza, de la UNAM, remarcó que la intervención de la nutrióloga o nutriólogo debe apoyarse, además, por algún psicólogo y un entrenador deportivo, a fin de que el abordaje sea integral, no de manera segmentada.
“La información sobre la actividad física que se realiza es necesaria para que la prescripción de nutrimentos y de energía sean las adecuadas. Trabajar en equipos interdisciplinarios es lo ideal”, remarcó la también maestra en Ciencias Bioquímicas.
“Las promesas de bajar de peso rápido, sin esfuerzo y comiendo lo que los demás te prohíben, generalmente pone en riesgo la salud de los individuos, porque no se tiene conocimiento de su historia clínica nutriológica o porque tienen alguna enfermedad preexistente.
Además, esas transformaciones en el tiempo no van a ser sostenibles porque no les enseñan a las personas a comer de manera saludable. Eso es lo que hacemos los nutriólogos: apoyar en la transformación de conductas planteando estrategias integrales, con opciones basadas en los gustos y preferencias de los ciudadanos, remarcó la académica de la UNAM.
Indicó que el “famoso rebote” en la ganancia de peso es una preocupación en la misma medida de la gravedad de los problemas de salud que pueden detonarse.
Acudir al nutriólogo, remarcó Valdés Moreno, es una inversión en salud a largo plazo, si se le contrasta con el costo -individual y social- que tienen las enfermedades crónicas no transmisibles relacionadas con la obesidad, por ejemplo. Además, es un servicio que se ofrece en instituciones públicas y privadas.
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