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Seleccionar sólo tres propósitos para Año Nuevo facilita alcanzarlos

Propósitos de año nuevo_UNAM
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Escrito por Redacción

Facultad de Psicología UNAM

Las emociones de tristeza o alegría asociada al cierre de año y al principio de uno nuevo pueden estar influidas por relaciones simbólicas de las experiencias que hemos pasado.

Es común que el fin de año lleve a reflexionar sobre los últimos 12 meses y a proyectar esperanzas hacia el futuro. Así se originan muchos de los propósitos de año nuevo, que se terminan por poner en una balanza al concluir el nuevo periodo anual.

Para que las metas y propósitos del año que comienza sean aliadas de las personas, es una gran ayuda seleccionar propósitos que ayuden a construir una vida significativa, como recomendó la experta en intervención clínica de la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Liliana Guzmán Álvarez.

La universitaria recomendó que, para tener posibilidades realistas de cumplir los propósitos de año nuevo vale la pena comenzar con tres objetivos claros y alcanzables, para que también puedan ser realistas.

A partir de esa decisión, en lugar de fijarnos objetivos abstractos debemos elegir propósitos concretos que impliquen acciones específicas o conductas observables.  Por ejemplo, tomar un litro de agua al día para ser saludable, comer una ración de verduras en cada comida, etcétera.

La experta subraya que es importante elegir objetivos que nos ayuden a acercarnos a nuestra existencia valiosa y a definir quién queremos ser.

En ocasiones compartir las metas con nuestra red de apoyo nos ayuda a avanzar y evaluar el progreso a lo largo del tiempo y que no se quede para fin de año. Además, para Guzmán Álvarez es “fundamental ser compasivos y amables con nosotros mismos para poder avanzar hacia nuestras metas sin caer en una autocrítica excesiva que obstaculice el progreso hacia nuestra vida significativa”.

La experta en intervención clínica de la Facultad de Psicología de la UNAM, Liliana Guzmán Álvarez, sugiere establecer metas realistas y alcanzables. FOTO: DGCS UNAM.

No vale la pena compararse

La psicóloga señala que, en esta época, es común compararnos con los logros de los demás o con versiones pasadas de nosotros mismos, lo que puede generar insatisfacción si sentimos que no hemos progresado.

Además, aquello que algunas personas consideran o llaman depresión posaño nuevo, prosigue, no es algo que la generalidad experimentemos durante los primeros días de enero, es importante distinguir entre tristeza ocasional y depresión. La tristeza es una emoción natural y congruente con las experiencias difíciles o pérdidas que enfrentamos, mientras que la depresión es un problema más complejo que afecta nuestro funcionamiento en diversos aspectos de la vida.

Guzmán Álvarez destaca que la depresión requiere atención profesional, ya que puede impedir que una persona realice sus actividades cotidianas o encuentre disfrute en aspectos que antes le resultaban placenteros. En cambio, la tristeza asociada al balance de fin de año o al inicio de un nuevo ciclo suele ser temporal y puede superarse con apoyo emocional, la conexión con seres queridos o trabajando en metas concretas.

Aunque existe la noción del Blue Monday (considerado el día más triste del año, el tercer lunes de enero), en realidad las emociones no funcionan de esta forma, subraya la universitaria.

“No es una regla que todos experimentemos tristeza posterior al Año Nuevo; sin embargo, es común que después de los primeros días de este nuevo ciclo en el calendario, cuando ya pasaron las fiestas, los momentos de mayor conexión con la familia y los amigos, y los gastos que estas festividades representan, podría implicar también nuevas evaluaciones de nuestras vidas o de las cosas que tenemos pendientes; de aquello que quizá en nuestro balance previo no alcanzamos”, apunta Guzmán Álvarez.

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