FAMILIA

Casi 32 millones de personas se dedican al cuidado de familiares y amigos, en México

Sistema de Cuidados en México_UNAM
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Escrito por Antimio Cruz

Ayudan entre 30 y 39 horas semanales, sin remuneración

En 2022, 31.7 millones de mexicanas y mexicanos de 15 años y más brindaron cuidados a integrantes de su hogar o de otros. El 75.1 por ciento de este grupo de personas eran mujeres y 24.9 por ciento, hombres. En promedio, esas personas dedicaron 38.9 horas a la semana a labores de cuidado de enfermos, adultos mayores, niñas,  niños y adolescentes, lo que es similar a las horas de trabajo de un empleo de tiempo completo.

Los anteriores datos fueron presentados en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), por Ana de Alejandro García, jefa de la Unidad Departamental de Atención a la Diversidad, en la Dirección General de Diversidad Sexual y Derechos Humanos de la Secretaría de Bienestar e Igualdad Social de la Ciudad de México,

La funcionaria pública presentó una mirada panorámica y diferentes reflexiones durante la conferencia El cuidado. El trabajo invisible de una labor visible, organizada por la Comisión Interna para la Igualdad de Género del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM.

En ese encuentro, se informó que entre los principales resultados de la primera edición de la Encuesta Nacional para el Sistema de Cuidados (ENASIC 2022) se documentó que en México existen 58.3 millones de seres humanos susceptibles de recibir atenciones en los hogares.

El grupo de personas que requiere atenciones o cuidados de otras personas se integra por personas con discapacidad o dependientes, población infantil de 0 a 5 años; niñas, niños y adolescentes de 5 a 17; personas adultas mayores de 60 años y más. Del total, 64.5 las recibe por parte de alguien de su propio hogar o de otro; es decir, no son brindados por el Estado, agregó.

Derecho y atención

El cuidado debe ser un derecho universal garantizado por el Estado mediante un sistema de protección social, universal y efectivo; en tanto que a quienes realizan trabajo del hogar de forma remunerada se les debe asegurar condiciones laborales dignas y suficientes.

Las consecuencias de esta labor y esta responsabilidad han comenzado a ser estudiada con los efectos que reportaron las propias personas cuidadoras que participaron en la encuesta ENASIC 2022. Entre los resultados más significativos se informó que: 39.1 por ciento de las mujeres experimentó agotamiento; 31.7 por ciento, disminución del tiempo de sueño; y 22.7 por ciento, sensación de irritación. En el caso de los hombres, 17.3 por ciento presentó reducción de tiempo de sueño; 15.2 por ciento, cansancio; y 7.4 por ciento experimentó irritación.

 De acuerdo con De Alejandro García, otras de las secuelas sociales, en el caso de ellas, son: reducción del tiempo libre (15 por ciento); obstáculos en el desarrollo académico profesional (10 por ciento); y tensiones familiares (8.1 por ciento). En los cuidadores: reducción del tiempo libre (10 por ciento); convivencia con amigos y colegas (6.4 por ciento); y tensiones familiares (5.3 por ciento).

 Apuntó que las principales repercusiones económicas y laborales afectan a 28.8 por ciento de las mujeres quienes se ven impedidas a desempeñarse fuera del hogar, pero solo 8 por ciento de los hombres tiene esta situación; 23 por ciento de ellas tuvo que abandonar su empleo para cuidar, y solo 11.4 por ciento de los varones estuvo en esa situación, entre otras cuestiones.

Evitar el desgaste

En este contexto indicó que la Organización de las Naciones Unidas estableció el 29 de octubre como el Día Internacional de los Cuidados y el Apoyo, para visibilizar la carga que dificulta su pleno acceso, actividad que recae principalmente en mujeres y la población LGBTTTIQ+.

De Alejandro García detalló que el apoyo en dicha encomienda es clave, pues cuando una sola persona se dedica a ello implica un desgaste infinito. Cuando existe un sistema de cuidados, la vida se va aligerando para quien se encarga de esa función.

Es demasiada la carga laboral. Por ello, coexisten escenarios con participaciones de actores: familia, comunidad, entidades públicas y privadas. Es decir, deberían estar interviniendo el Estado, las empresas en las que laboramos, instituciones educativas y todas aquellas entidades vinculadas con la salud, consideró. Ello implica desarrollar programas y campañas orientadas a cambiar los estereotipos de género, reconocer el trabajo doméstico y de cuidados como un bien público, finalizó.

Acerca del autor

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Antimio Cruz

Antimio Cruz es periodista desde 1988. Escribe textos especializados en ciencia y salud. Ha sido reportero en los diarios Unomásuno, Reforma, El Universal, Milenio y La Crónica de Hoy. Ha ganado los premios de periodismo Walter Reuter, Conservación internacional, Conacyt, MSD, Grunenthal y Rostros de la discriminación. Es autor de la novela Descalza voy contigo, publicada por Tusquets editores.

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