Niñas 4.0

Porque al final, ella sigue siendo mi Victoria…

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Escrito por Cecilia Rodríguez

Niñas 4.0, Criando Mujeres para el Futuro

Vamos a detenernos, hacer una pausa: Esto se complica, va muy rápido. Necesito información. Que alguien me diga por favor que voy bien. Un poco de certezas me vendrían bien.

Desde hace algunos años, coincidentemente desde que entró en la adolescencia me siento así. Parece  que empezó  a correr por la vida y  no logro seguirle el paso. Dicen, “los que saben” “que siempre debemos ir un paso adelante que nuestros hijos”, pero la realidad es que con ella  no aplica y la que me descubre el mundo con un montón de matices que yo no conocía es ella. En su mundo de redes sociales, de amigas, amigos, amigues, ella respetuosa de la diversidades de género, sexuales, de cuerpos, y personalidades; ella supervisora y jueza de lo que decimos y cómo lo decimos, de los roles que asumimos de manera tradicional  en el núcleo familiar y de las actitudes machistas que identifica y dice que fomentamos.

Y nos hace replantear nuestros hábitos, normalidades y resquicios de prejuicios, aun cuando pensábamos no tenerlos; ella, amable con los demás, pero tan severa conmigo, pero sobre todo con ella cuando  se derrumba frente al espejo y entonces se vuelve tan frágil que al menor comentario rompe en llanto y me pide que no opine, pero que la escuche, que no la invada pero que la acompañe, y entonces me pongo a sortear la maraña de  estados de ánimo donde duda de todas sus fortalezas, y digo duda por que sé que es fuerte, inteligente incluso podría decir que es sabia, pero ella aún no lo sabe, aún así, intento guiarla pero sobre todo acompañarla, tratando de quedarme en la delgada  línea que separa el cuidado, de la sobreprotección y que mis miedos no sean los de ella y no la limiten, pero sobre todo no le quiten triunfos personales, aunque sean pequeños, confiando en que la estoy preparando para lograr sus propias victorias, tratando  de impulsarla para  que puedas ir tras aquello que se proponga y que el miedo nunca en ninguna circunstancia de su vida la paralice y sin embargo no tema equivocarse.

Y así pasan los días, y parece que siempre estamos en los contrastes y aunque sí, a veces es agotador afortunadamente y en el fondo seguimos estando de acuerdo, aunque se encierre en su cuarto y espere que me vaya para seguir su plática por teléfono. Y sus intereses y diversiones ahora se dan más fuera de casa, con otras personas en otros  espacios  que no incluyen a su familia. Para mi ha sido todo un logro acompañarla  a ese ritmo y saber que al final del día, sentadas en la cocina, me pondrá al día de mucho de lo que la inquieta, le gusta, le molesta, consolidando nuestro pacto de amor y confianza,  porque al final, ella sigue siendo mi Victoria.

Acerca del autor

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Cecilia Rodríguez

Estudió la licenciatura de Teatro en la ciudad de Xalapa, Veracruz. Formó parte de la Organización Teatral de la Universidad Veracruzana , así como de la Compañía de Teatro Infantil de la Secretaria de Cultura de Veracruz y en diversos grupos independientes. En 2002 se convirtió en mamá de Aldo dejando atrás los escenarios , y mudando su residencia a la Ciudad de México y después al Estado de México en busca de mejores servicios médicos y educativos para su hijo. Es docente desde 2004 y en 2006 nació su hija menor. Actualmente reside en el Estado de México.

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