A mi querido Cosme, representante de todos mis peludos que he conocido a lo largo de los años, escribo estas palabras. Hace unos días tuve que dejarte ir. Falleciste entre mis brazos, entre besos, agradecimientos y el dolor de verte partir.
Te extraño tanto, mi compañerito de siempre. Me acompañaste en todo momento, bueno y malo, en lo personal y profesional. Testigo del nacimiento y desenlace de muchas historias perrunas, tío de cachorros y amigo de otros. Siempre estabas ahí, en el momento en que nacían, en el momento que partían. En silencio, acompañándome, recargando tu cabecita y pidiendo que te abrazara. Así expresabas tu apoyo y lo hiciste igual, hasta el final.
Mi amigo de cuatro patas que a pesar de ser tamaño petite, ocupabas todo el sillón dejando solo un pequeño espacio para que me durmiera, jajajaja y quien le encantaba poner sus patas en el volante, como si manejara cada vez que regresábamos a casa. Te encantaba comer y revisar los platos por si había quedado un pilón.
Solías marcar tu territorio, aún con los humanos, pues dejabas una marca en el piso recién limpiado y corrías a mi almohada para adueñarte de ella. Tu sonrisa desarmaba cualquier regaño y solías salirte con la tuya. Amabas cortejar a las hembras con mucha caballerosidad, hiciste muchos amigos y todos pasaron a despedirse de ti, en tu cajita, como una señal de agradecimiento, liderazgo y cariño. Eso me conmovió hasta el tuétano, porque fue algo espontáneo. Tu amor platónico te miró de lejos y se sentó, como esperando tu regreso. Y con ella, yo también….
Mi pequeño que me enseñaste que una tos no necesariamente es gripe, sino en tu caso, una cardiopatía. Un ser lleno de luz, valiente que hasta el final estuvo de pie. Nunca te quejaste de nada, te encantaba salir con los demás perros e imponer tu liderazgo aunque fueran siete veces tu tamaño y me enseñaste que nunca hay que sentirse menos ante los demás.
A ti mi Cosme, el agradecimiento por abrirme nuevas puertas para tus hermanos y sobrinos en el mundo perruno aún en tu despedida. Gracias por obligarme a sobreponerme, a volver a escribir y a continuar el proyecto perruno a pesar de la depresión que me dejó tu partida porque nunca bajaste la guardia, ni te rendiste, al contrario, siempre de pie, mirando a lo alto, a pesar de que tus ojos se habían cegado.
A ti mi perrhijo, estas líneas que permiten escapar mis lágrimas y fortalecer el amor que siento por ti. Luchamos mucho juntos, viendo a un médico y a otros más buscando una cura para ti. Buscando el mejor tratamiento y atención posible. Por ti aprendí a inyectar, a estudiar temas de veterinaria y a no tenerle miedo a la vida ante el deseo de ayudar a los perros. Tú fuiste mi primer perrito adoptado en pro de formar un hogar perruno.
Te abandonaron en un parque, a tu suerte, solo en una caja y con algunas croquetas, como si eso fuese a indemnizar tu soledad, pero gracias a ello, mi vida se llenó por 8 años, 1 mes y 4 días en travesuras, ocurrencias, sobresaltos, preocupaciones y anécdotas al estilo Cosme.
Dios me permitió acompañarte hasta el final y el adiós no fue fácil. Tus cenizas me acompañan, pero tu recuerdo y amor siempre en mi corazón.
Así que estas líneas también son dedicadas a quienes han sufrido la pérdida de sus mejores amigos, de sus perrhijos o gathijos, de sus mascotas, de sus compañeros de vida. Es parte de la vida, de la gran aventura y experiencia de tener un animalito en la familia.
Antes de Cosme, mi corazón también se cubrió de luto por Chiri, Coco, Güero, Violeta, Negrito, Sugar, Daisy, Blanco, Ploky, Lobo, Lucerito, Chiqui, Dominga, Bonita, Lili, Johnson, Chucho, Luna, Periquita, Botitas, la Peque y Rayito; por los cuquitos, los lilos y los pepos que murieron al nacer o tuvieron complicaciones para nacer. Por Joy, Max, Tiger, Pelusa, Copo de Nieve, Rayitas, Tomasito, Gordo, Chiquis, Duque y Hush, perrhijos de amigos míos y por la muerte de muchos callejeros que he tratado de ayudar en el camino, pero que al conocerlos fue demasiado tarde…. Así como por los que se han ido en el anonimato.
Tu partida, Cosme, desahogó mi amor y tristeza por ellos, por ti, que he acumulado con el paso del tiempo y que debe guardarse porque hay otros perritos que necesitan apoyo, cuidados, cariño.
Hoy, le agradezco a Dios, a la vida y a ti, mi pequeño en representación de todos ellos, la bendición de haberlos conocido y recordar que aunque estos momentos son muy duros, que no quisiéramos vivirlos nunca, la bendición de tener un perro es única, especial, increíble y que no la cambiaría por nada. Conocerlos y convivir con ustedes ha sido una experiencia de vida, un sueño hecho realidad y un aprendizaje continuo. ¡Gracias por cruzar por mi vida, por dejarme compartir la suya!
Un perro en tu vida saca lo mejor de ti, es una luz y un amor incondicional que si lo tienes, siéntete feliz y si lo extrañas, te abrazo porque entiendo lo que sufres.
Y a ti, que aún no lo has experimentado, date la oportunidad de vivirla. Hay muchos perros en la calle, en algún albergue o antirrábico que buscan un ser con quien compartir su vida bajo el amor, respeto y lealtad. Esperan por ti para tener una oportunidad de vida.
A Cosme tal vez lo abandonaron por estar enfermo, como pasa con muchos perritos. Sin saberlo lo adopté y cuando supe de su enfermedad, me comprometí aún más a sacarlo adelante. Así que te invito a reparar la crueldad de un humano insensible e inconsciente, por la bondad de un humano capaz de mejorar la vida de un animalito, con responsabilidad, amor y compromiso. Tú puedes adoptar a un perrito o perrita que buscan hogar y que han vivido la dureza de la calle o la crueldad de la ingratitud e indiferencia. Este febrero puedes convertirte en el mejor amigo o el mejor amor de un perro y por favor, no regales mascotas. Son un regalo de la vida, sí, pero no desechables. Son de esos regalos que se deciden con consciencia y a largo plazo.
Gracias Cosme por seguir promoviendo la bandera del amor y respeto a los animales, quizá tu historia motive a alguien a adoptar a un perrito como tú o a una perrita callejera.
Gracias Cosme, por todo lo vivido. Te amo pequeñín y al igual que todos mis perritos, estás y estarás, siempre en mi corazón.
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