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La crisis de salud toca la puerta

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Escrito por Dr. Mario Sánchez

Pluma invitada, en Salud Primero

Por la presencia del Covid-19, México se perfila a una crisis mayor de salud, debido al incremento de enfermedades crónicas y, desafortunadamente, la población infantil está en medio de esta tragedia. Para nadie es un secreto que la pandemia detuvo las consultas de primer contacto y ya ni se diga las intervenciones quirúrgicas.

No se nos olvide, además, que la diebetes e hipertensión son las principales comorbilidades asociadas a muertes por Covid. En el primer caso, México alcanza una prevalencia mayor a 9%, es decir, más de 10 millones de personas son diábeticas. Y por si fuera poco, hay más de cinco millones con prediabetes.

Por el lado de la hipertensión arterial, se estima que hay 30 millones de personas con este padecimiento, pero 40% no sabe que lo padece. De acuerdo con la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (Ensanut), realizada por el Instituto Nacional de Salud Pública y la Secretaría de Salud, 1 de cada cuatro adultos enfrenta esta condición, es decir, 25.5 por ciento de la población.

Así, en medio de esta crisis sanitaria, no hemos volteado a ver a la población infantil, que ha sido impactada severamente por el encierro y que apenas empieza a retomar su vida. Más de 15 millones de niños y adolescentes dejaron de tener contacto social por más de 12 meses.

Es aquí donde debemos enfocar los esfuerzos ya que, por ejemplo, en el mundo, los niños de entre 1 y 2 años, presentan los porcentajes más altos de desnutrición crónica. Este grupo coincide con la edad a la que muchos bebés dejan de ser amamantados, lo que refleja la importancia de la lactancia materna en la buena nutrición durante la primera infancia.

En México, 1 de cada 8 niños menores de 5 años presentan una talla baja (moderada o severa) para su edad, señala el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF).

Ante ello, es necesario reforzar las políticas de salud pública y coordinar acciones y programas para reducir la desnutrición, apoyar los ingresos de las familias más vulnerables y acompañar el cuidado en la primera infancia.

Hay que mencionar que el Covid-19 ha modificado los hábitos de alimentación: la nueva familia (que está surgiendo en medio de la pandemia) busca reforzar el sistema inmunológico de los más pequeños y acceder a programas de bienestar. Es un cambio progresivo que debe ser acompañado de la orientación de los especialistas, como son lo pediatras, en el caso de los niños.

Un punto que las mamás deben considerar, en la primera etapa del bebé, es que la leche humana contiene proteínas que apoyan su crecimiento saludable y los ayuda a reforzar la inmunidad en todas las etapas. Además, es necesario que tengan en cuenta que la lactancia (para sus hijos) es el sello que marcará su desarrollo, preveniendo enfermedades crónicas.

Así, en medio de esta crisis sanitaria, es necesario instrumentar una hoja de ruta para nuevas generaciones, pero debe estar enfocada desde el nacimiento. No es broma cuando los especialistas señalan que los primeros mil días de vida marcan la salud de una persona, derivado de la alimentación. Pues bien, ahí está la clave para contener, a mediano y largo plazo, la avalancha de obesidad y sobrepeso, y todos los padecimientos que hoy tienen al país en la cuerda floja.

Acerca del autor

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Dr. Mario Sánchez

El autor es Master in Business Administration – Executive MBA / Arizona State University e ITAM

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