Papás en Cuarentena

La psicóloga y los 100 padres de familia

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Escrito por Hari Camino

Aprender que la autoregulación viene después de la liberación

(spoiler alert: para quienes son padres de chiquitos y aun no afrontan los retos de la crianza de adolescentes esto será un episodio que más adelante habrán de vivir, esperemos que no en el marco de las cuarentenas mundiales por que el nivel verdaderamente se complica como leerán a continuación)

 “Para ellos esto es una desgracia de la que ni siquiera podemos hacernos idea”, nos repitió  con autoridad Martha Páramo -psicóloga especializada en adolescentes- a unas pocas semanas de que concluyera el curso pasado. La escuela de mi hijo nos convocó cierta noche a un webinario por Zoom, para “sensibilizarnos sobre lo que estaban viviendo nuestros adolescentes” y ahí estábamos reunidos en un centenar pantallitas, papás en búsqueda de orientación, de un salvavidas que nos diera nociones sobre como retejer la relación con nuestros jóvenes…

El asunto -nos confío Páramo- es que esta generación estaba mayoritariamente haciendo el movimiento natural del adolescente “hacia afuera, hacia el mundo, con sus pares, lo más desvinculados de sus padres que les fuera posible “porque eso es lo les tocaba vivir” hasta que se cruzó la emergencia del Corona Virus y, como si de una poderosa corriente marina se tratara, fueron succionados de nuevo hacia sus habitaciones, en el seno familiar del que estaban desmarcándose para crecer y reconocerse. 

Entonces, la sensación de pérdida que muchos adultos quizás experimentamos al no poder salir, perder empleos, etc “los jóvenes la experimentan como la amputación de su juventud, la desconexión de su ser social para enclaustrarse en el ámbito de su infancia: el hogar familiar…

Para este punto, los padres de familia reunidos aquella noche estábamos bastante más callados, no había saludos por el chat, ni siquiera manitas levantadas. Para terminar de darle la vuelta a lo que nos parecían actitudes extremas, casi enajenantes, la psicóloga nos reformuló lo que muchos advertíamos con preocupación: el uso de videojuegos en línea durante incontables horas, dormitorios juveniles que se apagaban a las 3am, tras chatear con los cuates en un martes o jueves, “son los únicos espacios que les quedaron a los chavos para sentir que su proceso de crecimiento y separación con el mundo adulto podían continuar”.

El suspiro fue generalizado: somos nosotros los que tenemos -como padres- que observar todo este capítulo con empatía y resignificar estos comportamientos como saludables, más que coartarlos con nuestras opiniones y miedos. Varias voces hablaron de medir un poco, de no permitir el exceso e incluso la psicóloga nos dio la razón, pero “sin perder de vista que son los jóvenes quienes necesitan pasar por esto y nosotros confiar en que la autoregulación viene después que la liberación”.

Con este apunte espero que se logren al menos nuevas maneras de mirar a nuestros chicos y darle voz desde nuestra lógica adulta, durante y más allá de esta cuarentena sin fecha de terminación que nos ha retado a todos por igual a reinventarnos.

Acerca del autor

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Hari Camino

Director de Satya Estudio de Comunicación con Propósito Social y experto en Alfabetización de la Salud

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