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Cuando escapar, en tiempos de Covid, pierde sentido…

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Escrito por Cynthia Rodríguez

Crónicas desde el futuro…

MILÁN, Italia. (14 de abril) Hace 54 días que estamos en casa. Quiero encontrar aquí las últimas pistas de lo que fue nuestra normalidad y comienzo a quitarlas. Ya no tiene caso dejarlas en el mismo sitio porque por un rato ya no las vamos a usar.

Hoy guardé las chamarras de invierno, los pantalones pesados de los niños, las playeras de mangas largas. Metí en cajas las sudaderas que no sé si los gemelos usarán de nuevo (crecen tan rápido). ¿Sigo dejando sus batitas de la escuela en evidencia? Mejor las guardo también porque ya sabemos que volverán no antes de septiembre, cuando seguramente aquí el clima comenzará a cambiar de nuevo. Veo las fotos del último día que estuvieron con sus amiguitos.

Era el sábado 22 de febrero cuando en la escuela se organizó el carnaval. Ellos se vistieron de superhéroes y corrieron y brincaron todo el tiempo en una fiesta de colores organizada por sus maestras. Todos en bola, todos juntos celebrando justo eso, que podíamos abrazarnos sin peligro, aunque no lo sabíamos. Parece una eternidad y apenas han pasado 54 días. El disfraz del más pequeño, que debía tener su fiesta el siguiente lunes, se quedó sin usar en una bolsa de papel en su escuela como todos los demás disfraces, pues habían pedido llevarlos antes.

Como el tema era el reciclado, tomé unos calcetines viejos sin parejas y los rellené de algodón. Luego los pegué a un pantalón y ya tenía un pulpo con el que alcanzó a bailar antes de abandonarlo en el kínder. Sus amigos nunca lo vieron vestido de pulpo ni él pudo ver a los demás envueltos en sus diferentes personajes. Después vino el encierro y de repente el mundo comenzó a ir en dirección contraria. La obligatoriedad por llevar a los hijos a la escuela, se hizo para no llevarlos.

Para mí esto ha sido la prueba más evidente de que nadie estábamos preparados para la pandemia. El intentar ser maestra y madre al mismo tiempo me tiene absolutamente cansada.  La esperanza de emparejarme con las tareas, la perdí desde hace tiempo. Estoy física y mentalmente agotada. Leo lo que dicen otras personas aquí en Lombardía y todos estamos igual: cansados y llenos de dudas por saber realmente si las autoridades han hecho bien en tenernos encerrados y al mismo tiempo en saber lo que no han hecho bien porque los casos de contagio aquí se siguen multiplicando.

Leo historias de quienes han sido multados por ir a comprar cosas un poco más lejos de su casa, a otros por llevarse a pasear al perro mucho más lejos de lo permitido, y lo único que se me ocurre es mirar por la ventana. Veo la calle por la que seguramente escaparé si esto se sigue alargando. Aunque escapar en estos tiempos ya también tenga otro significado.

Acerca del autor

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Cynthia Rodríguez

Es periodista desde hace 26 años y desde hace 12 es corresponsal en Italia para diversos medios en México e Italia. En el 2009 escribió el libro “Contacto en Italia. El pacto entre los Zetas y la ‘Ndrangheta”, donde explica por primera vez los lazos entre uno de los grupos criminales más antiguos del mundo y uno de los cárteles emergentes más temidos de toda la historia en México. Es coautora de los libros “72 migrantes” y “Tú y yo coincidimos en la noche terrible”, sobre el asesinato de los periodistas en México. Es mamá por partida triple y autora del blog Radio Italia que puedes consultar en www.radioitaliacynthia.wordpress.com. En twitter: @cynthiaitalia

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