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Cómo ser fotoperiodista
y no morir en el intento II

Cómo ser fotoperiodista y no morir en el intento II
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Escrito por Elena Ayala

Sobre fotografía y derechos de autor

Recientemente, medios de comunicación mexicanos e internacionales, como el periódico El Clarín, han estado ajustando presupuestos y como consecuencia recortando personal. Argumentan que se debe a la situación económica derivada de la situación política.

Lo cierto es que el gremio fotográfico ha sido el más golpeado y como muestra tenemos la situación de los diarios mexicanos, donde hace unos 6 meses iniciaron los recortes de personal como en los periódicos Reforma, Milenio, El Universal y Excélsior, donde fuimos liquidados varios compañeros, aproximadamente  treinta dentro de este lapso de tiempo.

En las agencias fotográficas como Reuters o EFE, también han recortado a fotógrafos independientes.

La pregunta que obliga es: ¿Qué hacer? Por supuesto que el panorama es desalentador ya que los servicios profesionales que brindamos se han devaluado y se debe a varios factores. En principio, por los bajos salarios que arrastramos desde tiempo atrás. Por un lado, la falta de respeto o la falta de conocimiento de los derechos de autor y los contratos leoninos que nos hacen firmar las empresas. Por el otro, la falta de interés y la apatía que existe entre los fotógrafos, que sin ofender, impera en la mayoría.

Es común escuchar que por diferentes razones, no se le paga al fotógrafo por unas fotos que ya realizaron y entregaron, pero que los contratantes emplean y publican sin finiquitar la deuda.

En mi experiencia, en varias ocasiones cuando escuchaba su pesar, me daba cuenta de que no conocen que tenemos derechos por el simple hecho de ser creadores y que existe una ley que nos ampara, pero que por miedo o no encuentro la razón, se niegan a ejercer. Este punto lo trataré mas adelante.

INTERNET, LA OTRA ‘REVOLUCIÓN INDUSTRIAL’

Cómo ser fotoperiodista y no morir en el intento II

Después, con la aparición del internet, que ha sido la otra gran “revolución industrial” por así decirlo, ya que, comparativamente, la revolución industrial le dio a la humanidad un salto evolutivo, si se me permite la expresión, al tener acceso a las máquinas y a la invensión de la computadora a mediados del siglo XX.

La aparición de grandes inventos como el automóvil que al poder desplazarnos en menor cantidad de tiempo nos hizo mirar hacia el un futuro como el de poder conquistar la luna.

Este giro evolutivo lo contrastó con “El Papel del Trabajo en la Transformación del Mono en Hombre”, escrito del gran filósofo alemán, Federico Engels en el año 1876. Gracias al “trabajo” en sentido humano de nuestros ancestros que descendieron de los árboles y comenzaron a tallar la primera roca como actividad creadora, como práctica que transforma el mundo natural y va transformando al mismo tiempo a quien la lleva a cabo, esta “transformación” derivó en una mejor adaptación al medio ambiente al poseer el dedo oponible que fundamentalmente nos diferencia de entre los mamíferos.

Crearon pues, objetos para la caza y utensilios agrícolas para obtener alimento, por la necesidad de expresarse ya sea en rituales o en obras pictóricas crearon a la civilización que hoy conocemos.

También recordarán la película de Chaplin, “Tiempos Modernos”, en la que hace una crítica a la desvalorización del trabajo del obrero, la perdida de identidad y la excesiva y deshumanizante condición laboral. Y hablando de inventos y es el tema que me interesa es el de la fotografía que a mediados del siglo XIX, se inventó.

Este se “democratizó” con el uso a través de los daguerrotipos, que fue el primer procedimiento fotográfico de 1839 desarrollado por Louis Daguerre, de ahí su nombre y la gente tuvo acceso a imágenes de su persona, que antes solo era por medio de la pintura y era bastante caro.

Cómo ser fotoperiodista y no morir en el intento II
Louis Daguerre fotografiado en 1844 por Jean Baptiste Sabatier-Blot

Todo este viaje en el tiempo, disculparán querido lector, lectora, es para poder explicar cómo es de importante y significativo en la evolución antropológica la aparición del internet, que es el mismo salto tecnológico que nos ha llevado a estar informados en la menor cantidad de tiempo y que por supuesto ha ayudado al avance científico y social.

REDES SOCIALES, ¿BENDITAS O MALDITAS?

Cómo ser fotoperiodista y no morir en el intento II

Después con la creación de las redes sociales, “benditas” sean por un lado, pero en otras son una maldición ya que al tener en un segundo una imagen, una noticia y hasta los chistes hechos “memes”,nos han vuelto adictos y demandantes consumidores.

El tener cámara fotográfica en los celulares y además tener conexión a internet abrió una infinita posibilidad de tomar imágenes y que estas sean compartidas cada segundo en las redes sociales.

Un estudio realizado por Photoworld, muestra que Snapchat contabiliza 8 mil 796 fotografías cada segundo, que es la red social mas utilizada por los jóvenes adolescentes. Le sigue WhatsApp con 8 mil 102 fotografías por segundo; Facebook con 4 mil 630; Instagram 810 y Flickr 12 por segundo. Tan solo para FB, alrededor de 350 millones de fotos son subidas diariamente.

El estar “conectado”, el “compartir”, el “twittear” y volverse fotógrafo instantáneo, se volvieron acciones indispensables. Las famosas “selfie”, que paradójicamente nos han despersonalizado, volviéndonos imagen de lo que no somos y ansiamos ser, abaratar el trabajo del fotógrafo porque no es lo mismo tomar una fotografía que hacer una fotografía.

El acto fotográfico por si mismo es un acto creativo, ya que el autor, en este caso el fotógrafo, debe tener conocimiento del lenguaje y de los símbolos que fotografiamos. Al tener un nuevo código visual, y que éste es nutrido por la literatura, por la música, por nuestras raíces; del cine, pues fue gracias a la fotografía, que dio paso a la creación de la cinematografía.

Cómo ser fotoperiodista y no morir en el intento II
Foto tomada por Louis Daguerre. Boulevard du Temple, París, IIIe arrondissement, daguerrotipo. La primera fotografía de una persona. La imagen muestra una calle ocupada, pero como el tiempo de exposición fue de unos diez minutos, los peatones se movían demasiado para aparecer. La excepción es el hombre de abajo a la izquierda, que estuvo quieto mientras le limpiaban las botas. Imagen tomada entre abril y mayo de 1838.

Este código nos enseña a ampliar lo mirado a observado, al uso de los símbolos y de los signos, que por cierto no son lo mismo, esto según lo escrito en el libro de Jean Chevalier, “Diccionario de los Símbolos” 1969. O el de Carl Gustav Jung en su libro “El Hombre y sus Símbolos” 1964.

Jung explora aquí, entre otras cosas, el significado simbólico del arte contemporáneo y los significados psicológicos de las experiencias más corrientes de la vida cotidiana, todo ello a partir del análisis de la naturaleza y función de los sueños. Los últimos meses de su vida se los dedicó a la preparación de este trabajo.

SELFIE, COMO PROCESO DEMOCRATIZADOR

Foto Elena Ayala

Leía el otro día que el “selfie stick” lo han calificado como el mejor invento de los últimos 10 años. Maldito invento, dirían otros, el “selfie stick” es una excusa para sacar fotos en los sitios menos adecuados. De hecho, muchas instituciones culturales han prohibido este artefacto por razones de seguridad. Así es que el Coliseo Romano, la National Gallery de Londres, el Pompidou en París y todo los museos de Nueva York y el mismísimo Disney World han dicho no al  “selfie stick”. Claro, menos en México. No olvidemos las terroríficas muertes de turistas por lograr una “selfie”.

“Recientemente la fotografía se ha transformado en una diversión casi tan difundida como el sexo y el baile, lo cual significa que la fotografía, como toda forma de arte masivo, no es practicada como arte por la mayoría. Es primordialmente un rito social, una defensa contra la ansiedad y un instrumento de poder.” Esto lo escribió Susan Sontag en el  libro “Sobre Fotografía” editado en 1981. Está escrito mucho antes de la era web y es tan actual que define nuestro tiempo.

Hemos pasado por alto que cualquier evento que subamos a la web, este nunca se pierde y en ese momento le pertenece al mundo y no aplica el famoso dicho de “lo que pasa en Las Vegas se queda en Las Vegas”, no, eso no sucede.

Cuando te suscribes a una red social piden que aceptes y firmes las condiciones que imponen. Siendo así, que toda la información que compartamos ya sea gráfico, fotográfico o ideas, todo le pertenece a la red social, entonces la misma red ya sea Snapchat,Twitter, FB, Instagram, etcétera, se vuelven el Gran Ojo, como en el Señor de los Anillos de Tolkien…el Big Brother… Orwell: “1984”.

Al firmar, pierdes tus derechos de autor, por esas ganas de ser reconocidos, de ser tomados en cuenta, por un ego mal hecho, subimos todo a las redes y con tal de que nos “publiquen” las fotos, no nos importa.

CON CONOCIMIENTO DE CAUSA…

Y es aquí en donde los medios de comunicación impresos y en línea hacen su agosto, aprovechan el hueco que existe en la ley, porque no se ha legislado y regulado a las redes sociales tanto en México como en varios países. Lo digo con conocimiento de causa ya que en los medios en que he laborado, recurrimos a esto.

A los dueños de los medios de comunicación no les importa de donde saquemos la imagen con tal de tenerla. Por ejemplo, si la competencia sube a su sitio web una foto donde haya sucedido algún hecho noticioso y el propio medio no la tiene, arde Troya, como si en ello llevara el descubrimiento de la cura contra el VIH, convirtiendo la imagen, a la vez importante pero tan banal, porque se demerita en su propio valor.

No estoy en contra de que la gente suba imágenes a su red social, lo que objeto es que se no se respete el derecho de autor y no se pague por ella. En algunos medios ni siquiera piden permiso de uso, la toman y publican, así de simple.

Aquí cabe otra reflexión que demerita la labor fotográfica dentro del diarismo y es que el trabajo como editor de foto y como fotógrafo está supeditada a que somos absolutamente desechables. Nos suplen con las redes sociales, bajando calidad del medio y sobajando el trabajo  de su propia gente. Sólo hay que checar diariamente las portadas de los periódicos nacionales y ver como están firmadas las fotografías: “Especial”, esto quiere decir o que la bajaron de red social o que alguien se las pasó de manera ánomina.

He aquí otro problema, cuando se toman imágenes de la web se puede caer en “fake news” o en la famosa “postverdad”. Hemos visto publicados en los diarios de todo el mundo fotos falsas de un hecho y al día siguiente con toda la vergüenza publicar un desmentido.

Se tiene que investigar, preguntar, cerciorarse si la fuente es confiable, etc. También es oportuno mencionar que cuando se publica una fotografía y al paso del tiempo se vuelve a publicar nuestro crédito lo perdemos y adquirmos el nombre de “archivo editorial”.

No se pagan las regalías que por ley ganamos. Aquí es pertinente subirnos al tema de los Derechos de Autor, aprovechando que el pasado 23 de abril fue día internacional del Libro y de los Derechos de Autor dado por la UNESCO a partir del 1996.

Es fundamental la protección de la creatividad individual para la promoción de la diversidad cultural. Los humanos tenemos la capacidad de crear, entonces esta creación se define como “obra” producto de la expresión artística y todo creador de una obra intelectual sea escultórica, arquitectónica, fotográfica, literaria, musical o por computadora, es un autor (artículo 13 de la Ley) y para su protección como el de su obra, es importante que exista el reconocimiento de su calidad autoral.

Luego entonces el autor, como persona física y titular primogenio de su interperetación, es quien tiene el derecho exclusivo sobre ella. Esto es por vía de la Ley Federal del Derecho de Autor.Dicha Ley fue publicada en el Diario Oficial de la Federación el 24 de diciembre de 1996.

Así tenemos que en el Artículo 11, dice: “El derecho de autor es el reconocimiento que hace el Estado en favor de todo creador de obras literarias y artísticas previstas en el artículo 13 de esta Ley, en virtud del cual otorga su protección para que el autor goce de prerrogativas y privilegios exclusivos de carácter personal y patrimonial. Los primeros integran el llamado derecho moral y los segundo el patrimonial”, señala la Ley Federal del Derecho de Autor y su Reglamento. 2002 editado por SEP e INDAUTOR.

El derecho moral de los autores se consieran perpetuos, inalienables, imprescriptibles e irrenunciables. El derecho patrimonial, es el derecho del autor a percibir una remuneración equitativa por el uso o explotación temporal de sus interpretaciones artísticas, efectuado en cualquier forma o medio.

En el año de 2002 se publicó en el Diario Oficial de la Federación, el decreto por el que se reforma la Ley Federal del Derecho de Autor, sobre todo los que tienen que ver con fotografía. Estos cambios se lograron por acción de una grupo de fotógrafos, donde tuve el orgullo de pertenecer y que nos dimos a la tarea de documentarnos, informarnos sobre la Ley y finalmente acercarnos a los legisladores para que se sensibilizaran con respecto a nuestro gremio que no estaba siendo representado en la revisón y cambios que en esos días le hacían a la Ley los senadores para que posteriormente ser votada tanto en Cámara de Diputados como en el Senado.

Preguntándole su sentir de toda ésta problemática a Luis Cortés, fotógrafo experimentado, ganador del Premio Nacional de Peridiodismo 20­12 por su trabajo publicado en el periódico El Universal en torno a los niños y familias afectadas por el incendio en la guardería ABC y ahora “freelance” esto es lo que comparte:

“Con el cambio de gobierno, a la mayoría de los medios impresos tradicionales en el país se les cierra al menos por el momento una tradición de subsistencia con las subvenciones millonarias que recibían del anterior régimen y dieron al traste con empleos medianamente mejor pagados así como de personal experimentado. Empresas que decidieron evitar invertir en sus productos periodísticos, en nuevas tecnológias, formas de trabajar e investigación, conformándose con recibir ésta dádiva federal. Apostando a extender su sobrevivencia o agonía editorial ya que las tendencias marcan desde hace años que no hay nuevos lectores. Las nuevas generaciones están inmersas en otras plataformas las que le son mas atractivas, lo cual también viene junto con muchas formas viciadas de existencia empresarial ya que tradicionalmente significa “vender”  espacios a su mejor postor (en varios casos ), muchas veces olvidándose de la pluralidad informativa en las buenas investigaciónes periodísticas que cuestan tiempo y dinero, apostar por ellas, lo que demuestra que los dueños de los mismos medios no les interesa invertir en lo necesario. Veremos a las empresas editoriales que sobrevivan las que realmente tengan algo de interés real que ofrecer a sus lectores, mientras creo la tendencia será las reducciones de empleos en esos sectores tradicionales surgiendo otros que tomarán su lugar , ojalá”.

Tenemos que reflexionar sobre de lo que hemos contribuido y de lo que hemos dejado pasar dentro de la labor de foto en los medios.

Mis observaciones y opinón aquí vertida es para tratar de tomar la punta del hilo de la madeja que se ha convertido esta vorágine que son las redes sociales, que de no detenerla será incontrolable e irreversible. Por lo tanto urge que se legisle a las redes sociales, que se fortalezca la Ley de Derechos de Autor dentro de esta área porque de no hacerse, dentro de muy poco tiempo quedará obsoleta.

Esperamos que haya un cambio en la manera de trabajar. Tenemos que inventar nuevos métodos donde publiquemos y crezcamos como fotoperiodistas. Hacer conciencia de lo que hemos generado como gremio y defender nuestros derechos. Nos esperan muchos retos que vencer ante un panorama incierto.

Acerca del autor

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Elena Ayala

Elena Ayala es fotógrafa, pero se graduó en Biología por la UNAM. Por diversos años ha impartido clases de fotografía. Los últimos diez años fue la coordinadora de Foto en el periódico Excélsior. Antes trabajó en los periódicos Reforma, The News, El Universal, El Independiente, Milenio, El Financiero, así como en las revistas Quién, Gatopardo, Día 7 y La Revista. Es mamá de Diego y Santiago y también estudió música.

2 Comentarios

  • Tristemente a las empresas de medios de comunicación les importa un bledo el periodismo. Sus reajustes son eminentemente cuantitativos y no cualitativos. Esto es corren a los empleados caros y se quedan con los baratos, y así el resultado de su producto final es más que obvio. Abrazo fuerte!

  • Una reflexión tan tristemente real, los medios han dejado de representar a la sociedad y en cuestión de fotografía es necesario marcar la diferencia entre ver y mirar.

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